La derecha andaluza afronta las elecciones autonómicas como clara favorita: el viejo feudo socialista, ¿hacia la derechización acelerada?

La comunidad autónoma en la que el Partido Socialista gobernó durante más de 40 años afronta mañana sus elecciones autonómicas. En pocas regiones europeas un partido ha estado durante tanto tiempo en el poder de manera ininterrumpida, pero poco queda ya de aquel feudo socialista, el PSOE de aquel Chaves y de aquel Griñán. El PP estuvo 37 años peleando decididamente contra el socialismo andaluz, y cuando todo parecía perdido, en 2018 la política andaluza dio un giro de 180 grados y los populares se alzaron con las llaves del parlamento. Y el triunfador no fue otro que Juanma Moreno Bonilla, por aquel entonces desconocido. Si los cuatro años de mandato hubiesen sido una cuatrilogía, el primer capítulo, fechado del 2 de diciembre del 2018, hubiera sido una mera presentación: «Me llamo Juanma Moreno Bonilla». Moreno Bonilla se convirtió en el caballo ganador, a pesar de que en los últimos comicios el PSOE fue el partido más votado, lo cual no es incompatible con que obtuviera el peor resultado de su historia, que acabó con su hegemonía en la comunidad más poblada de España. El desgaste que venía arrastrando, los casos de corrupción vinculados al partido y la degradación de los servicios públicos fueron algunas de las causas de estos malos números. Cabe recordar que el presidente en funciones disolvió la cámara el pasado mes de febrero para convocar elecciones anticipadas, con un detonante relacionado con la imposibilidad de aprobar los presupuestos y con un claro telón de fondo: unas encuestas que apuntaban al líder popular como el claro ganador. Y los últimos sondeos señalan que, efectivamente, permanecerá en la presidencia, puesto que prácticamente duplicará los votos. A escasas horas de que empiecen a abrir los colegios electorales de unos comicios a priori continuistas, lo que está en juego no es quién presidirá la Junta, sino con quién: Ciudadanos o Vox. ¿Qué ha cambiado en el histórico fortín socialista? Los expertos coinciden en que los andaluces se declaran centristas, pero el mandato de Juanma Moreno, el desgaste del PSOE y la desmovilización de sus bases forman el caldo de cultivo perfecto para este viraje. El balance de esta legislatura traduce en una presidencia calmada, tranquila, de hecho, el actual presidente ha conseguido crear su propia marca, la marca «Juanma», hasta el punto de eclipsar las siglas del PP. El analista político, José Pablo Ferrándiz, lo definía como una «estrategia de cambio tranquilo: han gobernado, pero no han hecho cambios sustanciales, es decir, los andaluces no han pensado ha venido la derecha y lo ha cambiado todo». El experto sostiene que Moreno Bonilla y su equipo «entendieron muy bien cuál era el clima social, político y económico en la sociedad andaluza». Esto explicaría que el 50% de los votantes del Partido Socialista no valore negativamente la situación económica y política de Andalucía y se traduce en un escenario de continuismo. «Que el PP no haya hecho ninguna locura en el Gobierno, ha hecho que el PSOE haya perdido su plaza», añade el experto, quien sentencia: «Si pierdes tu espacio, te queda una travesía muy larga en el desierto». Los pronósticos electorales publicados hasta la fecha otorgan a los populares una victoria holgada, entre el 38,4% y el 36,6% de los votos. Con lo que respecta al PSOE, Juan Espadas, se encuentra entre el 26,6% y el 25% de la estimación de voto, mientras que Vox se convertiría en tercera fuerza: entre el 14,9% y el 15,8% de los sufragios. Sobre Espadas, el politólogo puntualiza: «Es como un fusible, una figura intermedia», que lo que hace es «mantener la luz del socialismo en Andalucía para que no se apague hasta que llegue un líder, pero desde luego no es una figura que pueda iluminar un campo de fútbol», sentencia. Adelante Andalucía perdería parte de su apoyo con respecto al 2018 y los sondeos estiman un porcentaje de votos de alrededor del 6%. Los resultados son algo más optimistas para la coalición de izquierdas liderada por Inma Nieto: entre el 6% y el 9% de los votos. Ciudadanos, actual socio de Gobierno, se quedaría en una media del 4% de papeletas. Respecto a los escaños, las encuestas más optimistas para los populares pronostican que obtendrán 53 procuradores, en las menos, la cifra se queda en los 46. En cualquier caso, necesitaría un socio para alcanzar los 55 diputados que suponen la mayoría absoluta. La resistencia de Ciudadanos y la abstención de Vox puede ser clave para reeditar el Gobierno actual, aunque los de Macarena Olona han sido claros: no se abstendrán si Vox no entra a formar parte del ejecutivo autonómico. Por parte del PSOE también han asegurado en los últimos días que no se abstendrán para apoyar un gobierno popular. Un 10% de los votantes del PSOE en 2018 han transferido su voto al PP, cifra que se explicaría con la constatación de que, con un Gobierno de derechas, las cosas no han cambiado tanto. De igual modo, el bloque de PP-Cs-Vox subirá hasta alrededor del 60% de los votos y prácticamente todas las formaciones transferirán votos al PP. Este viraje se explica porque en el actual ejecutivo no ha habido casos de corrupción, ni grandes transformaciones, por lo que «Andalucía es la primera región donde puede ser que pasemos de un bipartidismo imperfecto a un bloque de partidos imperfecto donde hay trasvase de votos entre los dos bloques. Parece que se está rompiendo esa regla de los últimos años y que sí hay cierto trasvase de votantes del PSOE al Partido Popular», explica José Pablo Ferrándiz. «No creo que la gente se esté volviendo más de derechas o más de izquierdas, sino que puede ser que las posiciones moderadas hayan vuelto a ganar peso en la política española», sentencia. Durante la campaña electoral se ha detectado un retroceso en la participación en la Andalucía más rural y, por el contrario, un incremento en las ciudades. El voto de la izquierda es inminentemente rural, por lo que los partidos de izquierda afrontan las elecciones con el fantasma de la abstención llamando a su puerta. Las llamadas a la movilización han sido constantes, especialmente por parte de los partidos de la izquierda, que luchan contra una abstención que en las elecciones de 2018 perjudicó notablemente a los socialistas. «Domingos para ir a la playa o a la piscina hay muchísimos, el verano es muy largo. Pero solo hay un domingo para consolidar un cambio histórico en Andalucía», dijo Moreno Bonilla el pasado fin de semana en el marco de la campaña electoral. ¿Podría haber triunfado en Andalucía un perfil como la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso? ¿Existe un torno a Juanma Moreno un fenómeno similar al de Díaz Ayuso? El también sociólogo, José Pablo Ferrándiz, lo tiene claro: la respuesta es no. «Ayuso ha sabido cómo crearse su personaje; cómo identificarse muy bien con la cultura madrileña predominante, pero no creo que hubiera triunfado en Andalucía, sino que un perfil así hubiese movilizado a la izquierda andaluza». En cualquier caso, y según el sociólogo, en estas elecciones «todos los partidos se juegan mucho». «Es la primera vez que hay un candidato de Sánchez en unas elecciones en Andalucía, habrá que ver cuántos votos obtiene Vox en relación con las generales del 2019, porque igual a pesar de estar ganando peso en gobiernos autonómicos, a lo mejor ya ha alcanzado su techo electoral. La izquierda se juega muchísimo, es la primera vez que concurre un proyecto de Yolanda Díaz. Y Ciudadanos se juega si pasa a ser una fuerza subalterna o pasa a la desaparición total y absoluta». En definitiva, aunque sean unas elecciones continuistas, serán determinantes para el futuro de Andalucía y para el conjunto de España.

La derecha andaluza afronta las elecciones autonómicas como clara favorita: el viejo feudo socialista, ¿hacia la derechización acelerada?

La presidencia calmada y tranquila de Juanma Moreno y el desgaste de casi 40 años de hegemonía socialista generan el caldo de cultivo perfecto para que el PP vuelva a reeditar su mandato

Mariola Sarrió

Webs de PRISA