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Sociedad

La sumisión química llega al porno (¿O es al revés?)

Se incrementa de forma exponencial el número de vídeos y reproducciones en los que las mujeres están drogadas e inconscientes

"Durante mucho tiempo yo fui adicto a la pornografía": la sumisión química llega al porno

"Durante mucho tiempo yo fui adicto a la pornografía": la sumisión química llega al porno

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Madrid

"Durante mucho tiempo yo fui adicto a la pornografía. Consumí muchos vídeos de muchos tipos de pornografía distintos. La pornografía no existe sin algo de violencia, algo de vejación, la mayoría de las veces del hombre hacia la mujer. En la mayoría de los vídeos que podemos encontrar en cualquier página web porno, las mujeres están siendo vejadas de 1000 maneras diferentes: puede que estén dormidas, puede que estén abusando de ellas mientras están inconscientes... incluso me consta que muchas son drogadas o toman drogas para soportar lo que se va a filmar". Quien habla es Daniel, ex adicto al porno, aunque es solo un caso más. En España, el 80% de los jóvenes que ven pornografía tienen comportamientos sexuales agresivos, y ahora, además, se están popularizando vídeos en los que la mujer está drogada.

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Mónica Alario Gavilán, doctora en estudios interdisciplinares de género y autora de "Política sexual de la pornografía", ha visionado cientos de horas de vídeos como estos. "Vivimos en sociedades patriarcales en las que parece que para que algo sea violencia sexual tiene que haber resistencia por parte de la mujer, lo cual no es cierto en absoluto, aunque se entienda así socialmente. Este tipo de vídeos en los que las mujeres están dormidas, drogadas, borrachas, inconscientes... forman parte de esa misma estrategia: se presenta una situación que es violencia sexual, pero como no hay resistencia por parte de las mujeres, el consumidor de pornografía capta eso como si estuviera viendo sexo no y una violación, que es lo que realmente es."

Para comprobar lo que está creciendo este tipo de contenido en línea bastan un par de clics: en una sola web porno, Alario Gavilán ha encontrado que el patrón "Drogada y follada" aloja más de 800.000 vídeos, "Adolescente drogada" casi 400.000, y "Puesta de drogas" más de 165.000. "En algún momento eso fue una línea: violar a una mujer mientras duerme. Violar a una mujer mientras está borracha o ni siquiera es completamente consciente de lo que está pasando. Ahora ya no lo es. Ahora esos vídeos forman parte de los más consumidos, por tanto estamos hablando de una tendencia que está completamente normalizada. ¿Tiene relación con todo lo que estamos viendo de la sumisión química? Por supuesto que sí. Claro que la tiene. ¿Dónde están los hombres aprendiendo que para ellos es sexualmente excitante ejercer este tipo de violencia? En la pornografía lo vemos con muchísima claridad".

"En la pornografía el deseo masculino se satisface siempre"

Alario Gavilán explica que en este tipo de vídeos -y en el porno en general- el contenido introduce patrones de comportamiento que siempre se muestran desde el punto de vista del hombre: "El sujeto relevante es el varón y las mujeres y las niñas están completamente deshumanizadas. En la pornografía el deseo masculino se satisface siempre, no hay vídeos en los que los hombres deseen algo y ese deseo no se satisfaga".

Por increíble que parezca, los comportamientos violentos del porno -también los que implican sumisión química por parte de la mujer- se acaban normalizando. Jorge Gutiérrez trabaja en "Dale una vuelta", asociación que trata a personas con un consumo adictivo y compulsivo del porno. "La exposición habitual a la violencia en el porno es evidente que deja su huella. Siempre afecta, de un modo u otro" dice. "Cuanto más veas," más consecuencias tiene "en una normalización de este tipo de visionado y de comportamientos".

Es con esa normalización -derivada de un consumo muy frecuente- cuando se quiere más: "Lo que produce una gran adicción, casi más que la propia pornografía, es la búsqueda de la novedad. Con lo que disfrutaba ayer, ya no voy a disfrutar mañana. Se produce una escalada de contenidos que son cada vez más duros, más extremos", termina Gutiérrez.

De los casi 200 países que hay en el mundo, España ocupa el puesto número 11 en consumo de porno.

 
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