Alberto Garzón presenta un informe europeo que confirma el impacto negativo de las macrogranjas: "Cuando hicimos aquellas declaraciones estábamos respaldados por datos"

Madrid

La alimentación supone más de la mitad de la huella del consumo en España, es una de las conclusiones del estudio que ha publicado este viernes el centro de investigación de la Comisión Europea. Este trabajo analiza el impacto ambiental de lo que consumimos los españoles, y es el primero que este organismo hace para un solo país, lo ha hecho a petición del Ministerio de Consumo, que dirige Alberto Garzón.

El ministro se ha asomado a La Ventana a explicar los detalles de este informe, que se ha podido hacer porque los datos ya estaban recopilados: "Son datos que existían ya en la Comisión Europea, en un centro que es JRC, el departamento de Ciencia de la Comisión europea, que ya trabajaban a nivel Unión Europea y tenían los datos del país, lo que ocurre es que hace falta una petición por parte del país para desagregarlos y poder hacer un informe país".

"Hemos tardado un año y medio en hacerlo, pero nos proporciona una información sumamente útil para hacer una descripción, una panorámica de cómo los hábitos de consumo influyen e impactan en el planeta, no sólo al cambio climático, que es lo más conocido y popularizado, sino a una serie de 16 indicadores que recogen una serie de daños al medio ambiente", ha explicado.

Vuelta a las macrogranjas

Esta información lleva a recordar la polémica de principios de 2022, cuando el ministro hizo varias declaraciones criticando las macrogranjas, que luego se hicieron eco en todo el ámbito político. El entonces presidente del Partido Popular, Pablo Casado, incluso visitó una granja extensiva para mostrar su apoyo a este tipo de ganadería.

Garzón se reafirma ahora con este informe: "Al final nosotros cuando hicimos aquellas declaraciones y aquellas informaciones lo que hacíamos era estar respaldados por datos, ahora hay más datos y de mejor calidad, hablamos de tecnología puntera, pero que abundan en la misma información".

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Lo que confirma este informe, ha asegurado es que en España "tenemos un problema, no solo con el cambio climático, sino también con una serie de indicadores entre los que se encuentra el uso del agua o el uso de los recursos fósiles, y cuando evalúas el impacto del consumo hay que tener en cuenta que no es solamente el hecho técnico de que uno va a un supermercado o a algún centro de consumo".

Hay que tener en cuenta, ha continuado, "todo el impacto ecológico que supone toda la cadena de valor que lleva detrás, es decir lo que hace falta de agua, de minerales, de combustible, de fertilizantes químicos para la producción de determinados productos".

España, país de ganadería intensiva

En España, ha asegurado Garzón, el problema no está en nuestra cultura gastronómica, sino ene nuestro modelo económico: "Tiene que ver con lo costoso que es la producción ese tipo de alimentos, porque no es lo mismo un kilo de un producto de un determinado animal en un modelo extensivo respetuoso con el medioambiente que un modelo intensivo que exige muchos imputs, por ejemplo fertilizantes químicos, muchos litros de agua, etc. "

Eso sí, no todo lo que se saca del informe es negativo: "Y al mismo tiempo, aunque sea un dato muy llamativo, el 52% del impacto de la huella de consumo se debe al sistema alimentario en general, tenemos que tener presentes que eso significa también que hay mucho margen de mejora".