En el nombre de hoy, con José Miguel Rojo: 'Alemania, el comienzo de un nuevo ciclo'
Columna de opinión del politólogo y profesor de Ciencia Política y Opinión Pública de la UMU
En el nombre de hoy: 'Alemania, el comienzo de un nuevo ciclo'
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Murcia
Los alemanes han votado. Lo han hecho completamente divididos. Muchos países dentro de un mismo país. En Berlín gana La Izquierda (el Podemos alemán), mientras que el Este del país (la antigua RDA socialista) se convierte en el feudo de la ultraderecha. En Sajonia o Brandemburgo Alternativa para Alemania supera del largo del 30%. Las primeras encuestas postelectorales indican también una profunda brecha generacional en materia de preferencias electorales. Vivimos en una Europa agrietada a través de mil capas. Urbano-rural, mujeres-hombres, este-oeste, jóvenes-ancianos. ¿Qué identidad podría unir a estos grupos fragmentados y enfrentados? ¿Hay algo que nos una por encima de estas grietas?
Que la ultraderecha supere a una socialdemocracia castigada por los años de gobierno del canciller Scholz debería ser hoy el gran titular. El increíble ascenso de Alternativa para Alemania, que tendrá más de 150 escaños en el Bundestag, consolida un giro reaccionario en todo el continente y la normalización de este tipo de fuerzas, alimentadas esencialmente por la percepción de inseguridad, el rechazo a la inmigración y el multiculturalismo.
Puede que en el corto plazo tengamos la sensación de que nada va a cambiar en exceso. La gran coalición entre conservadores y socialdemócratas dará estabilidad al país, pero si releemos a Chatal Mouffe, podemos suponer cómo estos grandes consensos terminan reforzando la posición de los extremismos al debilitar la sensación de que las fuerzas sistémicas representan opciones de cambio reales. El escenario de gran coalición, si me lo permiten, es el gran sueño de Alice Weidel, que se consolidará como la única alternativa (nunca mejor dicho) y azuzará el descontento del votante más conservador de la CDU ante una legislatura en la que, necesariamente, el partido deberá moderar sus objetivos programáticos para mantener el apoyo del SPD. No olviden que el gran proyecto de la ultraderecha europea es sustituir a la derecha tradicional. Ya ha sucedido en Francia o en Italia. No podemos descartar que ocurra en más sitios. Van a trabajar para ello.
Y, por último, caen Los Verdes, a los que estar en el gobierno no les ha sentado demasiado bien. Parece que la crisis ecosocial sigue sin preocupar demasiado a los ciudadanos europeos. No se vota con esto en mente. Por mucho que los desastres naturales nos azucen, la politización de esta emergencia sigue siendo débil. El proyecto verde se enfrenta al muro del cortoplacismo. La extinción está tan lejos que no asusta, así que el miedo lo capitalizan otros.
José Miguel Rojo
