Economía y negocios

El exceso de burocracia y presión regulatoria, el factor político y la disponibilidad de trabajadores cualificados, cuestiones clave para la empresa familiar en 2025

El Índice de Confianza Empresa Familiar sube hasta los 20,8 puntos en la Región y se acerca a valores de 2017

En primer plano, r Ángel Meroño, coordinador del estudio y director de la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum UM-UPCT / UMU

En primer plano, r Ángel Meroño, coordinador del estudio y director de la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum UM-UPCT

Murcia

El Índice de Confianza Empresa Familiar (ICEF) en la Región de Murcia ha subido 10,2 puntos hasta situarse en 20,8 y se acerca valores de 2017. Así se desprende del Barómetro elaborado por la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum Universidad de Murcia-Universidad Politécnica de Cartagena (UMU-UPCT), que cuenta con la colaboración de la Asociación Murciana de la Empresa Familiar (Amefmur) y el apoyo de CaixaBank y la Fundación Cajamurcia.

El estudio ha sido presentado este viernes por los rectores de la UMU y la UPCT, José Luján y Mathieu Kessler, respectivamente; el presidente de la Fundación Cajamurcia, Carlos Egea; el director del Instituto de Fomento, Joaquín Gómez; la vocal de Amefmur Estefanía Hidalgo y el director de la Cátedra, Ángel Meroño.

La encuesta a 110 empresarios familiares de la Región de Murcia en septiembre de 2024 pone de manifiesto que, aun con dudas sobre el crecimiento, se ha producido una "importante mejora" en la percepción de la situación económica.

A nivel empresarial, en 2024 las empresas familiares experimentan una mejora, especialmente en la cifra de negocios (24,8 puntos), con el 49,5% empresas aumentando sus ventas en 2024; y en el apartado de inversiones (23,1 puntos), con el 33,3% de empresas aumentando sus inversiones. También el empleo mejora (10,1 puntos) con 23,9%, incrementando sus plantillas.

En cuanto a las expectativas para 2025, los principales incrementos se esperan en las exportaciones. Consecuentemente, el ICEF sube 10,2 puntos hasta situarse en 20,8, acercándose a valores de 2017.

La escasez de personal cualificado y la burocracia, seguido de la inestabilidad política son los principales obstáculos que perciben las empresas. El Índice de Confianza en el Entorno (ICEN) muestra los mejores resultados en la financiación y la disponibilidad de energía y materias primas.

Respecto a las cuestiones clave para 2025, en primer lugar, se sitúa el factor legal que hace referencia al exceso de burocracia y presión regulatoria, y en segundo lugar aparecen el factor político y la disponibilidad de trabajadores cualificados y comprometidos.

El análisis de los objetivos que persiguen las empresas identifica dos orientaciones: la rentabilidad y las metas personales de logro (factor directivo); y el crecimiento, la continuidad y la contribución a la sociedad (sostenibilidad), específicamente asociado a las empresas familiares.

En cuanto a las herramientas de planificación, sigue en descenso el número de empresas que cuentan con un plan estratégico (29%), mientras que se mantienen las que cuentan con Consejo de Administración (37%).

En términos de continuidad familiar, permanece estable la proporción de empresas que cuentan con protocolo familiar (24%), así como aquellas con plan de sucesión (19%), que depende en gran medida del ciclo de vida generacional de la empresa.

Referente al planteamiento de gobierno corporativo para los próximos años sobre profesionalización externa (en propiedad y dirección) y continuidad (transmisión generacional, venta o cierre), destaca la transmisión generacional (35%), seguida de la incorporación externa a la dirección (20%) y la venta (19%).

En las empresas que piensan en la sucesión, un 59% de los casos sería un hijo y un 19% todavía no lo ha decidido, mientras que solo en un 8% sería un no familiar.

En general, la falta de rentabilidad (95%) es la principal razón por la que se plantea el cierre de las empresas familiares, seguida por las oportunidades de venta (89%). En un tercer escalón se situaría el cansancio (burocracia, impuestos) (85%) y la falta de relevo (84%).

El cansancio es el principal rasgo entre las empresas que piensan vender o cerrar, frente a las que no. Específicamente, las empresas que se plantean la venta se distinguen por las oportunidades de venta y por su deseo de dedicarse a otros proyectos.

Ana González

Ana González

Periodista de la Cadena SER en la Región de Murcia.

 
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