El micromentario de Pepe Belmonte: 'Bernabé nos ha salido poeta'
Columna de opinión del catedrático de literatura de la UMU para le programa Hoy por hoy Murcia
El micromentario de Pepe Belmonte: 'Bernabé nos ha salido poeta'
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Murcia
¡Paco Bernabé no se está quieto ni pa’ Dios!
Señoras y señores, Paco Bernabé, el senador del Reino de España, ex alcalde de La Unión y ex delegado del Gobierno en Murcia, de tan nefasto recuerdo, nos ha salido poeta. Como lo oyen. Y no un poeta cualquiera si tenemos en cuenta los versos que ha puesto por escrito en las redes sociales. Escuchen, si no: "Ábalos el putero/. Koldo, el mamporrero/. Aldama, el bandolero. / Zapatero, el carroñero. / Y Sánchez, el amo del estercolero".
Es verdad -no sean ustedes tan exigentes- que sus versos no pueden compararse con los de don Antonio Machado, cuando escribe, en uno de sus cantares: "Todo pasa y todo queda, / pero lo nuestro es pasar, / pasar haciendo caminos, / caminos sobre la mar".
Ni tampoco, ¡qué le vamos a hacer!, está a la altura de un Nobel como Juan Ramón Jiménez, cuando escribía aquello de "Verde verderol, / ¡endulza la puesta del sol!".
Ni siquiera, el nuevo vate de las letras murcianas, Paco Bernabé, está en condiciones de poder ser considerado discípulo de nuestro más destacado poeta dialectal, el archenero Vicente Medina, cuando comenzaba así uno sus más melancólicos poemas: "Cuando mi horica me llegue/ quiero morir en mi tierra, / verla al cerrarse mis ojos/ y tener mi hoyico en ella".
Nada. Absolutamente nada que ver los versos, difundidos, tan orgullosamente, por aquí y por allá, del poeta unionense Paco Bernabé, con esos otros escritores antes señalados, que procuraban no ser ripiosos y escribir con el corazón en la mano, sin perder de vista la inteligencia, algo de lo que algo anda falto Bernabé.
Su precedente inmediato habría que buscarlo en los poemas de otros murcianos, considerados entre los peores que ha parido esta tierra. Uno de ellos, del que no recuerdo el nombre, porque nunca pasó a la historia, pero, en cualquier caso, intentó llevar a cabo una Biblia en verso. Como lo oyen. Una Biblia en verso que comenzaba de esta manera: "Jesús nació en un pesebre, / donde menos se espera/ salta la liebre".
El otro escritor infame, casi a la altura de Bernabé, fue don Pedro Boluda, nacido en esta misma ciudad en 1878 que, por lo que cuentan, al menos, tenía buen corazón, y estaba un poco ido de la cabeza. El hombre era emplastador y medio practicante en el Hospital Provincial de Murcia, y en su libro titulado La paz mundial, dejó perlas como el poema siguiente: "En vez de un pinchazo/ le tuve que dar dos/ porque no se estaba quieta ni pa’ Dios".
Bernabé debería calibrar mejor en qué charcos se mete y leer un poco más para afinar el tino como escritor. Y, sobre todo, estarse quieto de una vez, para que la jeringuilla de don Pedro Boluda, que parece Miguel Hernández a su lado, no pinche en hueso.
Pepe Belmonte
Profesor de Literatura Española de la UMU. Crítico Literario de La Verdad y Zenda. Columnista de la...