El micromentario de Pepe Belmonte: 'Burra grande, ande o no ande'

Murcia

En este bendito país, y mucho más si se trata de la Murcia de nuestros pecados, somos muy dados a ese juego diabólico que consiste en ver quién la tiene más larga, dicho con todo respeto; o más grande, como está sucediendo con la bandera nacional en estos últimos tiempos.

Está claro que los organizadores de la Feria del Libro de Murcia, que ayer mismo tocó a su fin, con el consentimiento y el visto bueno del Ayuntamiento de la capital, han apostado por la cantidad y muy poco por la calidad.

Como dicen en mi pueblo, “burra grande, ande o no ande”.

Muchas casetas -en torno a las ochenta, que amenazaban con llegar hasta la mismísima Rambla de Espinardo-, muchas editoriales, muchos actos paralelos -alguno de ellos, yo fui testigo, sin un solo espectador- y muchos autores, con alrededor de trescientos nombres, entre conocidos y desconocidos, lo que supuso un auténtico agobio para los interesados, que no sabían a dónde acudir, ni cómo dividirse.

Pero las estadísticas son las estadísticas, que es lo que queda para siempre y lo que, finalmente, se recoge en los informes y en los medios de comunicación. Por eso, el novelista norteamericano Mark Twain aseguraba que existen tres clases de mentiras: la mentira, la maldita mentira y las estadísticas.

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Y, por si todo ello fuera poco, con una Feria, un tanto cansina, que ha estado en activo durante nada menos que diez días, con un puente por medio en el que la gente, aprovechando el buen tiempo, abandonó en masa la ciudad.

Don Antonio Machado, que, además de gran poeta, era hombre sabio y prudente, y al que no sé si los organizadores hubieran invitado a la Feria, dejó escrito que “todo necio confunde valor y precio”.

Pepe Belmonte