Ser enfermero en la cárcel: escucha lo que nos ha contado Juan Antonio González, enfermero de prisiones

Murcia

Dice Juan Antonio González que el trabajo de un enfermero en una cárcel es bastante parecido al que desarrolla cualquier enfermero en un centro de salud o un hospital, "cuidar científicamente de los pacientes". Es verdad -reconoce- "que trabajamos con una población bastante desfavorecida y con pocas habilidades sociales y, aunque este trabajo es apasionante también puede ser muy estresante por momentos".

Nuestro invitado de la semana en el espacio SER Enfermeras habla de la falta de personal sanitario en la cárceles y del tiempo que se pierde en trabajo burocrático o supliendo la falta de personal como es el caso de facultativos médicos, lo que hace que en muchas ocasiones tengan que asumir funciones que no les corresponden ni están remuneradas.

González Moreno asegura que los peligros de trabajar en prisión como enfermero pueden venir tanto con el tipo de usuarios que atienden, muchos de ellos con problemas mentales o de drogodependencias, pero también por parte de las instituciones de las que dependen, "piensan que nuestro trabajo es de oficina y olvidan la parte clínica tan necesaria e importante". "Solemos perder mucho tiempo en la elaboración de informes o en tener que asumir tareas propias de un médico que no están protocolarizadas", ha dicho.

Aún así, nuestro invitado, que también se encarga de formar en la propia cárcel a futuros enfermeros de la Universidad de Murcia (UMU), asegura que el día a día del trabajo de un enfermero en prisión "es apasionante".