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Cabo de Palos cuenta con 39 fondeaderos ecológicos para prevenir el impacto de las anclas en el fondo marino

Se trata de una Zona de Especial Conservación (ZEC) de un alto valor medioambiental en la que se encuentran grandes extensiones de posidonia

El acceso desde tierra a las calas, incluida la realización de la práctica del buceo autónomo, es totalmente libre, echar el ancla en zonas donde se han habilitado boyas está totalmente prohibido

El acceso desde tierra a las calas, incluida la realización de la práctica del buceo autónomo, es totalmente libre, echar el ancla en zonas donde se han habilitado boyas está totalmente prohibido

Murcia

La Comunidad ha instalado 39 boyas con anclajes ecológicos en el entorno sumergido de Cabo de Palos, para prevenir el impacto causado por las anclas que podría dañar las praderas marinas de esta zona.

Este entorno, declarado espacio Red Natura 2000, es una Zona de Especial Conservación (ZEC) que posee un alto valor medioambiental en la que se encuentran grandes extensiones de praderas de Posidonia oceánica. Esta planta protegida, endémica del mediterráneo, es además testigo de la calidad de las aguas, y muy frágil y vulnerable a cualquier cambio, por lo que se encuentra amenazada por la intervención humana.

El Plan de gestión integral de los espacios protegidos del Mar Menor y la franja litoral mediterránea de la Región de Murcia, aprobado en el año 2019 (Decreto 259/2019, de 10 de octubre), también incluye esta área protegida, diferenciándola en dos zonas: una de conservación compatible y otra de conservación prioritaria, en función de sus valores naturales, sobre las que es necesario realizar labores de conservación.

Así, el proyecto para el establecimiento de una zona fondeadero en Cabo de Palos forma parte de la línea de trabajo que la Dirección General de Medio Natural ha puesto en marcha para la identificación de zonas del litoral regional que presentan una elevada afluencia de embarcaciones recreativas y el análisis de su incidencia sobre los ecosistemas marinos, con el fin de evitar la alteración y degradación de las praderas de fanerógamas marinas, especialmente Posidonia oceánica y otras comunidades bentónicas.

Para una adecuada regulación y gestión de las actividades turísticas existentes en esta zona, se han identificado las boyas según su uso, de forma que las de color rojo son boyas exclusivamente para la actividad de buceo autónomo, por lo que podrán ser utilizadas por centros y clubes de buceo así como para particulares que realicen esta actividad, y las boyas de color blanco están destinadas al amarre de embarcaciones recreativas en general.

Finalmente, indicar que el acceso desde tierra a las calas, incluida la realización de la práctica del buceo autónomo, es totalmente libre, y que echar el ancla en zonas donde se han habilitado boyas está totalmente prohibido.

 
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