El número de emigrantes muertos en el asalto del viernes a la valla de Melilla asciende a 23 personas, después de que esta tarde fallecieran cinco más, según fuentes de las autoridades locales de la provincia marroquí de Nador, contigua a la ciudad española ubicada en el norte de África. Las mismas fuentes indicaron que otros 18 emigrantes y un miembro de las fuerzas de seguridad marroquíes siguen ingresados en los hospitales del país magrebí. Sin embargo, las asociaciones de defensa de los migrantes elevan estas cifras a 27 personas muertas, según la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), y 37 fallecidos, según la ONG Caminando Fronteras. El Gobierno también ha negado «categóricamente que haya ningún muerto entre las fuerzas de seguridad» marroquíes, aunque AMDH asegura que murieron dos gendarmes en el enfrentamiento. Asimismo, resultaron 140 agentes heridos, cinco de gravedad. La asociación ha señalado que el número de muertos puede aumentar y ha advertido contra cualquier intento de ordenar el entierro rápido de los subsaharianos y sudaneses muertos sin la apertura de una investigación global, rápida y seria, para determinar responsabilidades y deficiencias. De igual modo, las autoridades marroquíes han trasladado en las últimas horas a ciudades del centro del país alrededor de 900 emigrantes subsaharianos que fueron arrestados. La presidenta de esta organización, Helena Maleno, informaba en su cuenta de Twitter de los 37 fallecimientos. «Confirmamos 37 víctimas en la tragedia de Melilla. Las cifras no son definitivas y pueden seguir aumentando», afirma en un mensaje sin explicar las fuentes de esta información. Los subsaharianos fueron transportados en autobuses fletados por las autoridades locales y custodiados por los servicios de seguridad a ciudades centrales como Juribga o Kelaat Sragna, situadas a 596 y 828 kilómetros respectivamente de Nador, ciudad marroquí vecina de Melilla. La Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) denuncia en sus redes sociales que, en una visita realizada esta mañana al hospital de Nador, han encontrado «cerca de 15 cadáveres de migrantes tirados en el suelo con olores. Mientras que solo dos empleados trabajan allí en condiciones muy difíciles. Las camas y los suelos están llenos de sangre y la morgue, saturada». Esta organización, junto a otras cuatro ONG que operan en Marruecos, ha emitido un comunicado en contra del acuerdo de inmigración entre España y Marruecos. Consideran que este trágico suceso es un recordatorio del fracaso de las políticas migratorias basadas en la seguridad. «Los 37 muertos y los cientos de heridos tanto del lado de los migrantes como de las fuerzas policiales marroquíes son el símbolo trágico de las políticas europeas de externalización de las fronteras de la Unión Europea, con la complicidad de un país del sur, Marruecos». Además, condenan la falta de atención rápida a los migrantes heridos, exigen a las autoridades marroquíes la identificación y la devolución de los restos de las víctimas a sus familias y solicitan la apertura inmediata de una investigación judicial independiente. Varias ONG de ayuda a migrantes han exigido a las autoridades españolas y marroquíes una investigación de lo sucedido en el salto a la valla que se registró en la madrugada de este viernes 24 de junio en Melilla y en el que, según han informado en su última actualización autoridades locales de Marruecos, mientras que 140 policías marroquíes resultaron heridos, de los cuales cinco se encuentran hospitalizados en estado grave. Sin embargo, algunas entidades, como Caminando Fronteras, hablan de un número mayor. En concreto, la activista y fundadora de esta organización, Helena Maleno, asegura que la entidad «puede confirmar 27 jóvenes fallecidos». Además, ha denunciado que «las víctimas» de este suceso han «agonizado durante horas bajo la cruel mirada de aquellos que debían socorrerles y no lo hicieron». Al igual que otras entidades, Maleno ha compartido a través de sus redes sociales las imágenes de la zona publicadas por la AMDH, en la que se puede ver a migrantes hacinados en el suelo y rodeados de agentes. «Advertimos contra cualquier intento de ordenar el rápido entierro de los migrantes subsaharianos y sudaneses fallecidos ayer sin la apertura de una investigación global, rápida y seria para determinar responsabilidades y carencias», advierte esta organización del país africano. A esta reclamación también se ha unido la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDH), que ha calificado lo vivido en la frontera con Melilla de «tragedia insoportable». «Exigimos una investigación inmediata», han señalado, antes de explicar que «la externalización de los controles fronterizos hace al Estado español corresponsable de esta tragedia». A su juicio, «cualquier intento de enterrar urgentemente a todos los migrantes fallecidos» en este suceso, «sin realizar una investigación adecuada y seria», sería visto como un obstáculo «para determinar la responsabilidad de lo ocurrido». Por su parte, Maleno se ha dirigido directamente a Sánchez, tras sus declaraciones asegurando que «la gendarmería marroquí se ha empeñado a fondo en tratar de evitar el asalto violento» a la ciudad autónoma. Para la activista, el líder socialista es «cómplice» de la tragedia por «felicitar a los autores de esta salvajada». Desde Solidary Wheels consideran que, este viernes, las fuerzas y cuerpos de seguridad de Marruecos y España «han ejercido uno de los mayores episodios de violencia policial vividos en los últimos tiempos en Melilla» y, por ello, llaman también a «esclarecer los hechos». Del mismo modo, reclaman vías legales y seguras para las personas que buscan migrar desde sus países y llegar a Europa y piden que «no se devuelva» a quienes sí lograron cruzar la frontera en la ciudad autónoma. Los emigrantes asaltaron la valla con una violencia que no se había visto en años, aseguraron a Efe fuentes de seguridad marroquíes, e iban armados con cuchillos artesanales, palos, martillos y piedras. También con ganchos para escalar la valla. En su avance, incluso arrojaron un tipo de ácido hacia los agentes marroquíes, pero la sustancia no alcanzó a ninguno de ellos, indicaron las mismas fuentes, que ofrecieron un balance de alrededor de 1.000 emigrantes detenidos en Marruecos, muchos de ellos de nacionalidad sudanesa. Los agentes marroquíes usaron por su parte gas lacrimógeno para dispersarlos y a resultas de los enfrentamientos murieron al menos 18 personas subsaharianas y en total, las autoridades locales marroquíes contabilizaron 76 emigrantes heridos y otros 140 agentes marroquíes atendidos por heridas (5 de gravedad). Cientos de subsaharianos llevaban días congregándose en zonas de Marruecos cercanas a Melilla y preparando un asalto masivo a la valla, muchos de ellos de nacionalidad sudanesa, que contaban, según fuentes policiales marroquíes, con la colaboración de ciudadanos del país magrebí por su proximidad idiomática y religiosa (tanto en Sudán como en Marruecos se habla árabe y se profesa el islam). Concretamente se estaban reuniendo en montañas difícilmente accesibles situadas en la comarca de Bini Buiafrur, a unos 20 kilómetros al oeste de Melilla. Ante estos hechos, las autoridades marroquíes llevaron a cabo dos operaciones este jueves y el pasado sábado para intentar frustrar sus planes, que también se tornaron en violencia y acabaron con alrededor de 200 agentes heridos, uno de ellos de gravedad, según fuentes de seguridad.