“Le robamos horas al sueño para hacer otras actividades”: ¿Estamos sacrificando nuestra salud?

A Coruña

Cada año, el Día Mundial del Sueño nos recuerda lo esencial que es dormir bien para nuestra salud. Sin embargo, según la Sociedad Española de Neurología, el 54% de los adultos en España no duerme las horas recomendadas, lo que impacta directamente en su calidad de vida.

Para profundizar en este tema, hemos hablado con Ana Souto, responsable de la unidad de sueño del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC), quien nos explica por qué el sueño merece la atención que muchas veces le restamos.

¿Damos al sueño la importancia que merece?

"Definitivamente no", afirma Ana Souto. "Nos dejamos llevar por el ritmo acelerado de la vida cotidiana y le restamos horas al sueño para priorizar otras actividades".

El sueño no es solo una pausa en el día, sino una función biológica esencial. "Si la naturaleza ha destinado un tercio de nuestra vida a dormir, es porque es fundamental", añade la experta. Aunque las necesidades varían, los adultos suelen requerir entre 6 y 8 horas de sueño de calidad.

Claves para mejorar la calidad del sueño

No basta con dormir lo suficiente; la calidad del descanso también es clave. "Un 48% de la población no consigue descansar como debería", señala Souto. Para mejorar la higiene del sueño, recomienda:

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• Crear una rutina nocturna: evitar actividades estimulantes antes de acostarse.
• Reducir el uso de pantallas: la luz artificial de móviles y televisores interfiere en la melatonina, hormona clave del sueño.
• Evitar comidas pesadas y estimulantes: cenar ligero y reducir la cafeína en la noche ayuda a dormir mejor.
• No hacer ejercicio intenso justo antes de dormir: el cuerpo necesita tiempo para relajarse.
• Controlar las siestas: dormir por la tarde está bien, pero deben ser cortas para no afectar el sueño nocturno.

Los trastornos del sueño más frecuentes

En la unidad de trastornos respiratorios del sueño del CHUAC, la apnea obstructiva del sueño es el problema más común. Este trastorno provoca pausas en la respiración durante el sueño, lo que fragmenta el descanso y reduce la oxigenación del cuerpo.

"Cada vez más pacientes acuden a consulta por los síntomas de la apnea: ronquidos, pausas respiratorias y fatiga diurna", explica Souto. El tratamiento más conocido es la CPAP, una máscara que mantiene las vías respiratorias abiertas, pero también es clave controlar el peso, ya que la obesidad es un factor de riesgo importante.

El impacto de no dormir bien en la salud

Dormir mal no solo afecta la energía diaria, sino también la salud en general. "La apnea del sueño está relacionada con problemas cardiovasculares, hipertensión y mayor riesgo de accidentes", advierte Souto.

Por eso, en este Día Mundial del Sueño, es un buen momento para reflexionar sobre nuestros hábitos y mejorar nuestra higiene del sueño. Dormir bien es una inversión en salud y calidad de vida.