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Momentos históricos que vieron de cerca los abonados de Gol

Repaso a los goles y momentos icónicos en la grada que hoy se despide para siempre

Vigo

Sostiene A Roda en la inolvidable foliada do Celta que “son os que nunca protestan, os de Gol e Xeneral/ son os que nunca protestan/ como están tan separados nunca se enteran da festa”. Premonitorias palabras del grupo vigués que ya pronosticaron que en la remodelación del Estadio de Balaídos los de Gol tenían pinta de ser los últimos porque “nunca se enteran da festa”. Pero hay matices importantes e históricos que es bueno recordar pese al foso, las pistas de atletismo o la considerable distancia de la vetusta grada con la portería más próxima y ya no te cuento con la siguiente.

Pero los abonados de la grada de Gol han sido testigos únicos y privilegiados también de momentos que recordarán toda su vida, porque la fortuna quiso que fuese en la portería más próxima en la que viviesen esos instantes grabados en la retina de todo el imaginario colectivo celeste.

Por ejemplo en aquel 26 de junio de 1982 cuando vimos en acción a un extraordinario Paolo Rossi. Pero no como goleador sino como asistente. Se cayó a la banda más próxima a Río, levantó la cabeza y, su centro medido al segundo palo, lo remató de cabeza el romano y romanista Graziani al fondo de la portería de Tommy N´kono. Fue un auténtico golazo para los que luego fueron campeones del Mundo.

Y qué decir de aquel 15 de abril de 1988. Llegaba un imbatido Real Madrid de Leo Beenhakker a Balaídos. Era una misión imposible para un modesto Celta de Novoa. Pero emergió la estrella de un Amarildo que levantó al público de todo Balaídos pero, especialmente, de la grada de Gol. Roba Vicente, asiste Julio Prieto y Amarildo define con un disparo cruzado que Buyo no puede frenar. 1-0 y Balaídos se frotaba los ojos. Pocos minutos después llegó la sentencia. Zoran Maric abre para Otero y su centro medido lo remata Amarildo al fondo de la portería con un cabezazo brutal que hizo brotar los pañuelos en la grada de Gol.

El 31 de agosto de 1991 debutaba un delantero serbo-bosnio con una pinta de tanque. Era un Celta que buscaba un imposible como el ascenso a Primera. Pero aquel killer iba a demostrar, desde ese primer partido, que iba muy en serio. Se llamaba Vlado Gudelj y solamente necesitó 14 minutos para demostrar su instinto. Recoge un rechazo dentro del área y perfora la portería de Gol con un remate cruzado. Ese estreno iría acompañado de otro gol más de Vlado.

El 16 de febrero de 1994 llegaba a Balaídos el EuroTenerife de Jorge Valdano para jugar las semifinales de Copa. Uno de los mejores equipos de la Liga y el gran favorito de la eliminatoria. El Celta ganaba 2-0 pero tuvo que jugar casi toda la segunda parte con 10 por expulsión de Gudelj. El Tenerife sabía que un gol hubiese dejado la eliminatoria muy franca para la vuelta. Si lograba dos, ya casi sentenciada para ellos. El Celta de Txetxu Rojo se defendió con una intensidad y orden absolutamente exquisito hasta que una contra mortal en el 80, dejó la oportunidad a Paco Salillas de probar el disparo desde lejos. Su remate se fue al fondo de la portería y llevó el delirio a la grada con ese 3-0 que era oro puro.

El 22 de junio de 1997 el Celta de Castro Santos tenía una misión imposible. Para salvarse tenía que ganar en la última jornada. Lo bueno es que jugaba en casa; lo malo es que lo hacía ante el Real Madrid de Capello, campeón de Liga y equipo que no sabía lo que era perder. Muchísima presión para el Celta pero ahí apareció la leyenda de Vlado Gudelj. Patxi Salinas se anticipa en zona de centrales con su agresividad habitual y mete un pase en largo a Mostovoi. El ruso, con esa calidad de los elegidos, convierte ese pelotazo en una asistencia perfecta para dejar a Gudelj en carrera mano a mano con Cañizares. Era el minuto 8 de partido y Vlado no falló. Aguantó e hizo una picadita perfecta para cruzarle el balón al de Puertollano. 1-0 minuto 8. La magia de Mostovoi y el colmillo afilado del serbio. En el 12 volvió a aparecer la conexión histórica. Otra vez en la grada de Gol. Mostovoi se cae a la izquierda, amaga que va a ganar línea de fondo, recorta para su pierna buena y saca un centro medido y caído al primer palo. Lo más fácil era intentar bajarla, pero Gudelj se inventa un remate de primeras que sorprende a Cañete. 2-0 minuto 12. La locura en Gol.

El 30 de mayo de 1993 visitaba Balaídos el todopoderoso Barcelona de Cruyff. Era casi una misión imposible para el Celta de Txetxu Rojo. Pero aquel día también el equipo le tenía preparada una sorpresa para Balaídos y, sobre todo, para “os que nunca se enteran da festa”. En el minuto 6 de partido un balón en largo de Juric desde campo propio se convirtió en una asistencia para el capitán Vicente. El Neveras le hace un cambio de ritmo a Koeman y se la cruza perfecta a Zubi. La locura en la grada. Fue el propio Vicente el que, unos minutos más tarde, probó fortuna desde fuera del área. Su disparo seco lo despeja con dificultades Zubi y se produjo uno de esos goles que están guardados en la retina de los aficionados históricos de Gol. El Chapi Ferrer quiere enviarlo a córner y su despeje se va a la misma escuadra de la portería culé. La locura en Balaídos en un partido que acabaría perdiendo Cruyff por 3-2.

El 15 de mayo de 1998 el Celta iba ganando 1-0 contra el Mérida en la última jornada. Una victoria les llevaría a Europa por segunda vez en su historia. Sufrían los de Jabo Irureta ante un buen rival y no era capaz de sentenciar. Pero esa grada de Gol tuvo la oportunidad de vivir otra de esas imágenes históricas e icónicas del Celta. Esa carrera de Vlado Gudelj emocionado, sacándose la camiseta y mostrando otra que ponía “gracias afición”. Mazinho recuperó en el carril del 8, se la deja a Karpin que mete un pase raso al área con el exterior. La precisión del envío es perfecta para dejar en ventaja a Vlado. Mata el balón con el pecho en la frontal y ya gira el cuerpo. Cuando Navarro Montoya intenta taparle portería, Gudelj ya tenía armada su letal pierna derecha. Disparo cruzado raso al fondo de la portería. Billete europeo asegurado. Historia.

El 29 de agosto de 1998 también la grada de Gol fue el testigo más próximo de otro momento histórico. El Celta lograba su primer gol en Balaídos en competición continental después de que, en su primera participación setentera, no fuese capaz de marcarle al Aberdeen. El primer gol europeo del Celta ya lo había marcado Juanito Sánchez en Rumanía contra el Arges Pitesti. Pero el estreno en Balaídos fue cosa de Luboslav Penev con un desmarque, control y tiro cruzado marca de la casa. El partido acabó con un 7-0 escandaloso y, en la portería de Gol, los aficionados pudieron disfrutar los cuatro primeros goles. Un hat-trick del búlgaro y un buen gol de Mazinho.

El 25 de noviembre de 1999 se vivivó en Balaídos, seguramente, una de las noches más inolvidables en la historia del club. Y también una de las más horribles en la historia del rival. Pocas veces el Benfica habrá visto una estadística de encajar un 7-0. Pero, además, los recibió en 62 minutos. Ahí el Celta levantó el pie del acelerador. La internada de Gustavito por la izquierda con el balón cosido a la bota acabó con una asistencia perfecta a un hambriento Mostovoi. El ruso hizo ese 7-0 con 10.000 benfiquistas en las gradas de Balaídos. Nadie se lo creía.

Como tampoco nadie se creía lo que aconteció en Balaídos el 9 de marzo del 2000. Llegaba a Vigo para jugar los octavos de final contra la todopoderosa Juventus. Lo hacía tranquila porque ya había ganado en la ida 1-0. Pero todo cambió nada más sacar de centro. La Juventus de Ancelotti vio como los de Víctor Fernández empataron la eliminatoria en el segundo 25. La jugada cambió cuando Gustavito tira un sombrero y, sin dejar caer la pelota, pasa con el exterior a Mostovoi en banda izquierda. Y el ruso se puso a bailar cual Nureyev. Le hace un recorte a Montero hacia la frontal, le vuelve a recortar para fuera y, lejos de precipitarse, saca un pase perfecto raso hacia la frontal. Y ahí emerge Makelele para sacar un derechazo perfecto al fondo de la red. La locura en la grada de Gol.

El 30 de abril de 2001 el Celta marcaba uno de esos goles absolutamente inolvidables. También en la grada de Gol. Fue contra un gran Deportivo que estaba luchando por el título de Liga. El Celta luchaba por meterse en la Champions o en la UEFA. Las cosas se pusieron complicadas porque el Celta se quedó con 10 y tenía que aguantar ante uno de los mejores equipos de la Liga como visitante. Pero los celestes se envalentonaron y lo siguieron intentando. Ese gol nos dejó una de las imágenes icónicas de aquel EuroCelta que después repetiría Iago Aspas en sus celebraciones. Gustavito López llevándose la mano al pecho enseñando el escudo del Celta. Eran los minutos finales y un despeje contundente de cabeza de Sergio en el centro del campo, en una extraordinaria anticipación, hizo que el balón se fuese hasta la línea defensiva rival. Donato mide mal y deja botar un balón que se va hacia atrás y ahí aparece Gustavo López de la nada para inventarse “la parábola de Gus”. Primero con un exquisito control en carrera que le deja en ventaja para buscar casi un imposible para él: rematar con la derecha. Pero El Cuervo López se inventa un remate maravilloso que acaba en una vaselina increíble que sorprende a Songó.

El 15 de junio de 2003 el Celta se jugaba en Balaídos la clasificación para la Champions. No era un objetivo fácil porque la Real Sociedad se estaba jugando la Liga contra el Real Madrid. Con empate a un gol y con la Real Sociedad mejorando su juego, el Celta de Lotina intentaba matarles a la contra. Y lo consiguió con la movilidad de los de arriba. Un centro medido desde la derecha de Edu, Mostovoi decidió lanzarse con todo para sacar un remate de cabeza que lo podría haber firmado el propio Pichi Lucas. Golazo en la portería de Gol que puso al Celta 2-1 en el marcador. Pero faltaba el gol de la tranquilidad y el que casi aseguraba la clasificación. Mostovoi filtra el pase a Velasco que centra al área pequeña y el rechazo lo metió en el fondo de la portería el egipcio Mido. La locura en la grada.

El 25-09 de 2005 también vivimos un momento para recordar. Fue el día en el que Borja Oubiña se atrevió en ataque y dibujó un gol pluscuamperfecto que regaló a los aficionados de la grada de Gol. Saque de banda en ataque que ejecuta Placente, Borja la mata con el pecho y, antes de que caiga el balón, realiza un control orientado con la derecha. Mete el cuerpo para evitar la entrada por detrás del lateral sevillista y llega a la frontal. Ahí le esperaba, nada más y nada menos, que Javi Navarro que le entra al suelo para barrer el balón. Oubiña conduce con el exterior de su pierna derecha y, como si fuese un extremo, se la cambia rápidamente a la izquierda en un movimiento de uno-dos rapidísimo. Deja sentado a Javi Navarro y, cuando le sale a tapar el segundo central y Palop achica portería, saca un disparo seco y raso al palo corto que sorprende al Sevilla.

El 6 de junio de 2009 también vivimos otro momento para la historia en la portería de Gol. Un Celta de Eusebio con muchas dudas y muchos canteranos se estaba jugando media permanencia contra el Alavés. Era la jornada 40 y la cosa no pintaba nada bien. Hasta el punto de que, casi a la desesperada, el técnico de La Seca decide sacar a un imberbe Iago Aspas. Lo hacía con el 28 a la espalda y, al poco de salir, ya había marcado el primer gol. Era el minuto 80 y la locura en Balaídos. El Celta se puso a aguantar ese resultado pero recibió un mazazo en el 88 con el gol del Alavés. Todo parecía perdido y los celestes se acercaban al infierno de Segunda B. Pero el 28 todavía tenía otra cosa que decir. Era el minuto casi 94 y el Celta colgaba un balón hacia la frontal que Jonathan Vila peina hacia el área. La recepciona Michu que la rompe con la derecha y Bernardo hace una parada arriba increíble. Iago se tira con todo a por el rechazo y lo mete al fondo de la portería. Se va corriendo a la grada a celebrarlo. Como aquella inolvidable carrera de Vlado Gudelj sacando la camiseta de “Gracias afición”

El propio Iago Aspas, también en esa portería, nos dejó otro momento icónico con salto de valla publicitaria incluido: el Celta-3 Villarreal 2. Fue un 30 de marzo de 2019 para el recuerdo. El Submarino amarillo salió arrasando al Celta y, en la primera parte, ganaba 0-2 y podía haber sido peor. El único que creía en la remontada era El Príncipe de las Bateas que volvía tras lesión. En el minuto 50 se inventa un remate de falta perfecto que sorprende a Asenjo. Metía al Celta en el partido. Maxi Gómez de cabeza ponía el empate. Pero los de Escribá necesitaban ganar para poder tener algo de tranquilidad clasificatoria. Y apareció Aspas. Penalti a Maxi Gómez en el minuto 87. El Celta tenía la oportunidad y Aspas asumió la responsabilidad. Decide apostar por un disparo raso, de engaño y muy tocado que sorprende a Asenjo vencido al otro lado. El balón se mete lentamente en la portería de Gol después de besar el palo izquierdo. Aspas salió corriendo, saltó la valla y se puso de rodillas. Fue A Nosa Reconquista.

El 27 de abril de 2023 un Celta lleno de dudas no era capaz de ganar demasiados partidos en Balaídos. Se movía peligrosamente en los puestos de descenso pero llegaba una ocasión pintiparada para intentar asomar la cabeza. Llegaba el colista a Balaídos. Pero pasaban los minutos y el Celta no era capaz de marcar un gol. Ya a la desesperada, Aidoo se descuelga en ataque y, emulando a Alexanko con Cruyff, se pone casi de delantero centro. Javi Galán conduce por la izquierda y cede a Cervi que saca un centro a media altura al primer palo. Ahí aparece Aidoo para tirarse en plancha y rematar con el alma. Nada puede hacer Edgar Badía que lo había parado todo hasta ese momento. Era el minuto 90 y Aidoo llevó la locura a Balaídos y a la grada de gol. Carvalhal respiraba

El 4 de junio de 2023 se completó la gesta con Carvalhal. No era fácil porque llegaba el Barcelona a jugar el último partido de Liga. Casi todo el mundo daba al Celta como el peor parado en esa última jornada. Pero apareció Gabri Veiga. El partido estaba muy atascado hasta que Seferovic se inventa un pase al de O Porriño para dejarle en ventaja en la frontal. Cambio de ritmo y disparo cruzado perfecto al fondo de la portería de Ter Stegen. Carrera con lágrimas incluidas de un Gabri Veiga que se iba a despedir del Celta salvando al equipo de su vida. Era el minuto 41 de la primera parte. Otra vez la grada de gol como testigo.

Pero esa grada de Gol y “os que nunca se enteran da festa” también sufrieron con el primer “tenías que haber tirado tú” del EuroCelta. Aquel partido contra el Marsella con ese centro que se paseó por el área pequeña. Todos empujamos mentalmente a Gudelj y Sánchez para llegar, pero no lo hicieron por milímetros. También lloraron los de gol con el tanto anotado por Solari en la última jornada de Liga que le quitó al Celta la posibilidad de jugar la Champions por primera vez en su historia. Al Celta le valía el empate pero no fue capaz. Solari enmudeció la grada. Pero también lloraron de alegría cuando el Celta de Berizzo se llevó un derbi contra el Deportivo gracias al Gato de Catoira. Ganaba el Celta 2-1 y pitaron penalti a favor de los coruñeses. Fue un 23 de septiembre de 2014. El especialista era el iraní Mendujanin. Dispara fuerte, a media altura y muy ajustado. Sergio Álvarez se tiró a ese lado y realizó una parada espectacular que llevó el delirio a Balaídos.

Estos son algunos momentos para recordar por los históricos abonados de la grada de Gol. Esta noche dirán adiós o hasta dentro de dos años.

 
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