El nuevo modelo de fiestas en los barrios de A Coruña para 2025 genera debate entre los vecinos
El 175 aniversario de las fiestas de María Pita como telón de fondo
Nuevo modelo en las fiestas de los barrios de A Coruña
10:12
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
A Coruña
El nuevo modelo para organizar las fiestas es la noticia. Con esta propuesta el Concello deja de organizar directamente, delegando en las asociaciones toda la responsabilidad. Serán estas las que tengan optar a una serie de subvenciones municipales para poder organizarlas, al contrario de lo que sucede con las celebraciones de María Pita, bajo gestión únicamente del ejecutivo. Una decisión que consideran "un agravio comparativo". Al menos ocho asociaciones vecinales de A Coruña se oponen a las modificaciones propuestas por el gobierno local sobre la organización de las fiestas en los barrios.
Denuncian que solo tienen dos opciones: organizarlas bajo este nuevo marco o que no haya fiestas. Un escenario que para algunos colectivos vecinales, si bien para la mayoría, según dicen, ha generado "inquietudes, dudas y precauciones". José Ramón Cernadas, de la asociación de Feáns.
El nuevo modelo consiste en la dotación de un presupuesto de hasta 20 mil euros en cada barrio. Para Aníbal Rodríguez, de O Ventorrillo, el cambio e es clave organizar con tiempo suficiente y esto permitirá que los artistas puedan cobrar más rápido.
Un nuevo modelo en debate
El pasado 9 de enero, cerca de 20 asociaciones de vecinos se reunieron en el Ágora con representantes del Gobierno Municipal para discutir este nuevo enfoque. El Concello propone asignar a cada barrio un presupuesto máximo de 20.000 euros, destinado a que las propias asociaciones gestionen y organicen sus fiestas. Este cambio incluye apoyo logístico y asesoría por parte del Ayuntamiento, pero traslada la responsabilidad financiera a las asociaciones.
Voces en contra: complejidad y burocracia
Representantes como José Ramón Cernadas, de la Asociación de Vecinos de Feans, y Emilio Longueira, también de Feans, han expresado sus reservas. José Ramón señala que, tras años de gestión tutelada por el Ayuntamiento, asumir directamente el manejo del dinero representa un reto considerable: “Preferimos que el Ayuntamiento siga gestionando el presupuesto y nosotros colaborar, como siempre lo hemos hecho”. Además, Longueira destaca la carga burocrática que conlleva el sistema de subvenciones: formularios, contabilidad, gestión fiscal y contratación profesional, entre otros aspectos.
A favor: mayor certeza y anticipación
Desde la Asociación de Vecinos de O Ventorrillo, Aníbal Rodríguez defiende la propuesta. Explica que contar con un presupuesto definido, aunque limitado, permitiría una mejor planificación: “Sabremos con suficiente antelación con qué recursos contamos, evitando los problemas de última hora que hemos sufrido en años anteriores”. Asimismo, destaca que este sistema facilitaría el pago rápido a artistas y proveedores, algo que ha sido un problema recurrente.
Diferencias entre barrios grandes y pequeños
Una de las claves del debate radica en la disparidad entre barrios. Mientras zonas como O Ventorrillo cuentan con un equipo amplio y experiencia en la gestión de subvenciones, barrios más pequeños como Feans enfrentan limitaciones logísticas y humanas. Las diferencias en espacio, capacidad organizativa y población hacen que un modelo único no sea fácil de implementar.
Próximos pasos: ¿hacia un consenso?
Por el momento, el Ayuntamiento debe concretar las bases para la asignación de los presupuestos y evaluar las solicitudes. Representantes vecinales sugieren la posibilidad de estudiar un modelo dual que contemple las diferencias entre barrios, algo que consideran fundamental para evitar desigualdades.
La reunión del 9 de enero marcó el inicio de un proceso de transición que promete ser complejo. Mientras tanto, el reto sigue siendo mantener la tradición festiva de cada barrio y garantizar la sostenibilidad de su organización.
Reflexiones finales
El nuevo modelo de fiestas en los barrios de A Coruña plantea un cambio significativo que podría transformar la forma en que se vive y se organiza la cultura local. A la espera de más reuniones y ajustes, queda por ver si se alcanzará un equilibrio entre las necesidades y capacidades de todos los actores implicados.