El Celta despide la temporada en Balaídos... con Prieto Iglesias en el VAR

Vigo

Sostenía Marcelino antes del partido entre el Villarreal y el Celta en Balaídos que los vigueses habían merecido más esta temporada. Y apostilló que, varias decisiones del VAR, habían lastrado bastante la cosecha de puntos del Celta. Podríamos meter en ese zurrón el gol anulado a Larsen contra el Madrid que hubiese supuesto el 0-1, el gol fantasma de Bamba (1-0 al Mallorca), el gol anulado a Larsen en Las Palmas (0-2), el gol anulado a De la Torre en Montilivi (0-1), el penalti rectificado contra el Sevilla en Balaídos (2-1) o el gol anulado a Jailson contra el Rayo (1-0). Todos esos partidos no acabaron con el resultado a favor. Solamente rescató el Celta dos puntos contra el Sevilla en Balaídos (1-1) y contra el Rayo en casa también (0-0). En el resto se pasó de un posible resultado a favor a una derrota.

Lo curioso es que en varias de las polémicas y de las rectificaciones realizadas por el VAR está el mismo protagonista en la sala VOR: Prieto Iglesias. Y en las tres más polémicas se pasó de un gol o un penalti a favor del Celta a tener una decisión contraria. El colegiado navarro fue el autor del gol Poltergeist de Bamba al Mallorca que, sin haber toma alguna clara, decidió anular el gol que había concedido el árbitro de verde. En las imágenes parece que es gol pero tomó la decisión de anularlo.

Una de las decisiones más polémicas llegó en Las Palmas. El Celta ganaba 0-1 y dominaba al equipo local en un duelo directo por la permanencia. Tras una gran jugada, Larsen se queda solo delante de Valles y le bate. Ponía el 0-2. Pero Alberola Rojas decide esperar porque le llamó Prieto Iglesias desde la sala VOR. Estaba revisando una jugada paralela a la de Larsen en la que Douvikas pugna con el central Mika Mármol. Mármol le agarra por la cintura pero Prieto Iglesias ve un posible agarrón de Douvikas al central que nada tiene que ver con la jugada. Era el 0-2. El partido acabó con remontada y 2-1 para los locales casi sobre la bocina. Una decisión muy polémica que todos los árbitros comentaristas no entendieron demasiado.

Pero ahí no se acabó la cosa. En otro partido clave para la permanencia ante el Sevilla, un Celta con 10 por la expulsión de Aspas por roja directa, lograba aguantar al equipo andaluz e incluso intentar la remontada. Con el 1-1, en el minuto 96 Carles Pérez desborda, mete un pase perfecto y Douvikas, con todo para remachar el 2-1, es agarrado desde el suelo por Navas y tirado al suelo. Hernández Hernández pita penalti. El partido estaba en el añadido y hubiese sido un gran balón de oxígeno para el Celta. Cuando estaba a punto de tirarse, Prieto Iglesias llama a Hernández Hernández para que lo revise cuando hay un contacto claro y, lo normal, es que no entrase el VAR. Esa llamada pasó a ser un debate sobre la intensidad y, después de cuatro minutos de espera, deciden anular el penalti. Un escándalo mayúsculo del que se habló en todos los medios nacionales. Otra vez Prieto Iglesias en el VAR.

Después nos volvió a arbitrar en un par de partidos como el del Bernabéu y Benito Villamarín que, obviamente, no son plazas demasiado complicadas si el equipo local va ganando. El problema vino en las otras decisiones que le pudieron costar al Celta, sólo con Prieto Iglesias, perder 6 puntos.

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Con el Celta salvado la situación es muy diferente a lo que hubiese supuesto que, en la última jornada, jugándose la vida, estuviese al frente de la decisiva Sala VOR un árbitro que, por decirlo de alguna forma, el Celta no ha tenido demasiada suerte en sus decisiones. Todas cayeron hacia el mismo lado y todas pasaron por una rectificación al árbitro de campo. Pero este domingo, pese a los millones en juego por la posición final, el celtismo ya no se fija en las designaciones arbitrales. Habrá que volver a repasar el manual de física y de intensidades por si vuelve a haber otro agarrón sobre Douvikas cuando esté solo para marcar.