Los niños toman posesión en el Pazo de Raxoi
Una veintena de alumnos de sexto de primaria han trasladado sus demandas a la alcaldesa en el salón de plenos del Concello de Santiago
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Pleno infantil en el salón del Pazo de Raxoi con motivo del Día Mundial de la Infancia
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Santiago de Compostela
A las doce y cuarto de esta mañana daba comienzo una sesión muy especial en el salón de plenos del Pazo de Raxoi. Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Infancia, el espacio ha acogido a una veintena de estudiantes de sexto de primaria del CEIP Quiroga Palacios. Cada uno de ellos ha ocupado un asiento en las bancadas del salón y, entre todos, han leído un manifiesto en el que han detallado los derechos y obligaciones de los niños.
A continuación, se dio inicio al turno de peticiones. Uno por uno, los pequeños tomaron la palabra para solicitar a la alcaldesa, Goretti Sanmartín, diferentes mejoras en la ciudad y en su colegio. A todas estas demandas fue respondiendo la regidora, presente en el acto y acompañada de la tenienta de alcaldesa, María Rozas. También acudieron a la cita Borja Rubio y Olaya Otero, en representación del grupo municipal del PP, y la concejala socialista Mila Castro.
Alguno de los niños quiso aprovechar la ocasión para pedir más alumbrado de Navidad en su barrio. Concretamente, en el de Conxo. En respuesta, Sanmartín explicó a los pequeños como funcionan las dinámicas del pleno cuando se producen peticiones de carácter económico. La alcaldesa admitió que las cuentas de Navidad ya estaban hechas, pero le prometió al orador interesado que intentarían hacer algo para ampliar la cobertura lumínica de las fiestas en Conxo.
Al término de la lluvia de peticiones, la alcaldesa despidió a los pequeños y se mostró satisfecha por su presencia en el salón de plenos. Ellos, antes de marcharse, se encaramaron a los micrófonos de las bancadas y dieron las gracias. Por los altavoces pudo escucharse, incluso, algún "hasta otro día" por parte de los jóvenes concelleiros.
La experiencia fue todo un éxito. Algunos de ellos confesaron haber tenido un poco de vergüenza, pero, entre compañeros, se lo pasaron muy bien. Los niños aseguraron que les encantó acudir al salón de plenos y poder expresarse ante el gobierno local. Agradecieron la experiencia y hay quien dijo que repetiría sin pensárselo dos veces.