Alumnos mediadores que luchan de tú a tú contra el acoso escolar

Lugo

El caso de Claudia, una joven gijonesa de 20 años que terminaba con su vida tras años de bullying, ha conmovido a las redes sociales y ha vuelto a poner sobre la mesa el debate en torno al acoso escolar. La orientadora lucense, Iria Pinchín, recuerda la necesidad de asumir responsabilidades de cara a erradicar estos problemas y no mirar hacia otro lado.

Desde la educación en casa y hasta en las aulas, pasando por la sociedad en general. La escucha activa de nuestro jóvenes es un pilar fundamental para poder detectar los problemas que pueden llegar a costarle la vida a una generación que vive expuesta en las redes sociales, llenas de traumas e inseguridades que aumentan hasta puntos insospechables si no se trabajan a tiempo.

Pichín pide no banalizar ni "usar incorrectamente" el término bullying. "Lo primero, como yo le digo a los chavales, es que las bromas tienen que tener unos límites y son los que la otra persona, con la que estamos bromeando, ponga", incide. Una broma mal entendida o mal enfocada puede genera un conflicto "y estos están en el día a día", pero no es acoso.

Los choques o roces derivados de malos entendidos o bromas pesadas están, y estarán siempre entre nosotros, y lejos de ser malos, pueden ayudar a que crezcamos como personas y entendamos en qué nos hemos equivocado. La experta, además, hace hincapié en "entenderlos como oportunidades para educar e intentar crear estilos de resolución de conflictos positivos para el alumnado".

El acoso escolar va "más allá, es una situación de maltrato continuada e intencionada hacia una persona", describe Pichín. Normalmente el acosador está en una situación superior y practica un abuso de poder".

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El triángulo del acoso

Identificar que un niño o una niña sufre acoso escolar "no es fácil", ya que las víctimas suelen callarse y no expresarlo a los más mayores. Por eso es muy importante la observación y la escucha activa de los menores "porque en el acoso hay un acosador, un acosado y también observadores lo que se conoce como el triángulo del bullying".

Si observamos cambios en la conducta y en el comportamiento de los más pequeños de la casa, si les duele la barriga siempre, dejan de comer, duermen mal o empiezan a rendir menos en el colegio o instituto debemos estar atentos. Conversar alejados de presiones, sin querer una respuesta rápida y concisa puede ser de gran ayuda para aquellas personas que empiezan a sentirse desplazadas y señaladas en clase.

La experta, además, recomienda a los centros apostar por la formación y charlas sobre el acoso escolar, pero también por crear grupos de trabajo en los que participen de manera activa el alumnado.

Un instituto que apuesta por la mediación

Este es el caso del IES Leiras Pulpeiro, un instituto lucense que lleva años apostando por la mediación como herramienta de resolución de conflictos. Manuel Vilariño, director de este centro, asegura que este tipo de proyectos en los que el alumnado "se siente, porque lo es, protagonista" ayudan a mantener un ambiente sano en el centro escolar.

"Hemos empezado con el grupo de 2º de ESO. Recibieron una formación el año pasado y este curso están muy involucrados", confiesa. Cortar los problemas del día a día de raíz, hablar e impedir que un roce vaya a más es el primer paso para frenar el acoso escolar.

Vilariño incide en que erradicar los conflictos es imposible, lo eficaz es "identificarlos y resolverlos. Y sobre todo que lo puedan hacer entre ellos y ellas".

Además de este equipo de voluntarios que velan por el buen clima, el instituto también cuenta con una comisión de convivencia conformada por docentes que tienen "cierto prestigio entre los chavales" que detectan, tratan y solucionan los problemas del alumnado. "A principio de curso nos reuníamos con más frecuencia porque detectamos un alto número de conflictos, como 10 casos, ahora apreciamos que ha disminuido bastante", ejemplifica.

El docente, director del IES lucense, además, quiso poner en valor la figura del tutor o la tutora. Esos profesores que están más pegados a su aula, que conocen y detectan con mayor facilidad y rapidez problemas sobre los que después ellos actúan en conjunto.