Lucas Pérez: "Cuando perdemos y veo a la gente que viaja... siento vergüenza, decepción y frustración"

A Coruña

Lucas Pérez ha sido el protagonista de Coruña Deportiva. En un momento clave de la temporada, analiza la situación que atraviesa el equipo cuando sólo faltan seis partidos para el final de la liga. Lucas no quiere fijarse ni en los rivales, ni perder el tiempo con cuentas. Su único horizonte es el partido del domingo ante el Ceuta. “No hago cuentas, yo voy por sensaciones. Tenemos que pensar en lo nuestro” afirma mostrando su fe en que si consiguen encadenar victorias, llegarán los tropiezos de los rivales. Pero conseguir una racha de triunfos es algo que se le resiste al Deportivo, fundamentalmente por su mal rendimiento lejos de Riazor. Una circunstancia que el vestuario no se explica y que genera desazón en el delantero. “Cuando pierdo y veo la gente que va a Ferrol, Salamanca, León… siento vergüenza, decepción y frustración”.

Personal

Lucas Pérez ha mostrado hoy ante el micrófono una versión más íntima de la habitual. Ha regateado valorar el esfuerzo realizado para poder recalar en el Deportivo el pasado mes de enero. “El dinero es importante. pero no lo es todo”. La fama y el dinero son la cara brillante la vida del deportista profesional. Dos factores que también actúan como imán de atracción para aquellos que pretenden utilizar al futbolista en beneficio propio. “Me ha pasado en mi familia, me ha dado problemas el ganar dinero”.

Los comienzos del delantero no fueron sencillos. Familia humilde, una madre afectada por problemas de drogadicción y unos abuelos que fueron su tabla de salvación. “Yo no pude elegir, mi vida fue así y gracias a eso conocía las personas más importantes de mi vida: mis abuelos, como lo son ahora mi novia y mi hijo. Por ellos estoy aquí. Mis abuelos me enseñaron a luchar y perseguir mis sueños”. A Lucas le tocó madurar de manera anticipada. Apuesta todo a ser futbolista profesional y gracias a los sacrificios realizados no se queda en la calle cuando fallece su abuela. “Cuando muere, la suerte es que ya había trabajado mucho y me pudo comprar mi primera propiedad porque si no, no tendría donde quedarme”. La ausencia de sus abuelos abrió un panorama incierto en su vida personal. “Tras la muerte de mis abuelos me sentía solo, no tenía mucha gente, solo mis dos mejores amigos y… era difícil”. Pero lucas no se arrepiente de que la vida le haya obligado a realizar sacrificios extras para salir adelante. “Gracias a esas experiencias en la vida valoro cosas que de otra manera no valoraría”.

Vestuario

El punta también ha hablado del ambiente que se vive en el vestuario coruñés. Un lugar donde, aunque él lleve la voz cantante, hay quien le hace la competencia a la hora de generar las bromas. “Cuando dije en una entrevista que si no fuese futbolista, sería astronauta, llegué al vestuario y tenía un muñequito astronauta con mi cara”. En esa caseta coincide todos los días con el Gran Capitán, un Álex Bergantiños ante el que se deshace en elogios. “Álex es un ejemplo, debemos estar agradecidos por todo lo que ha hecho. Es un orgullo compartir vestuario con él y tener aquella foto de cuando marcamos dos coruñeses ante el Barcelona. Siempre ayuda a todos, es un ejemplo. Ojalá nos dure muchos años y que siga trabajando en el club y siga creciendo con nosotros”.