El Presidente del Real Aeroclub de Lugo, Luis Abelleira, reconoce que fue “un milagro que el piloto no se matase”
En el momento del impacto “solo escuchó el ruido del golpe” y el "al ver el estado del avión", todo el mundo se temió lo peor
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Una avioneta se estrella en el aeródromo de Rozas ( Lugo ) en el despegue
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Lugo
El presidente del Real Aeroclub de Lugo, Luis Abelleira, reconoce que fue un auténtico “milagro” que el piloto que este primero de noviembre se estrelló con su avioneta en el aeródromo de Rozas hubiese salido del accidente “con una lesión leve de tobillo”, porque el siniestro era “para matarse”.
En declaraciones a EFE, Luis Abelleira explicó, de acuerdo con el relato del propio piloto, que “estaba despegando, que es unos de los momentos más complicados, cuando una especie de velutina, por el tamaño que tenía, le pegó en la frente, de modo que, instintivamente, soltó las manos de los mandos de la avioneta”.
“Como estaba a poca altura, a un metro o metro y medio, el avión tocó suelo, volcó y fue deshaciéndose por la pista”, dijo Abelleira.
Según el presidente del Aeroclub, “la situación en la que quedó el avión habla de un milagro, porque el piloto solo tuvo una lesión leve de tobillo, ni siquiera llegó a rompérselo”.
Reconoció, en todo caso, que “el susto fue tremendo”, porque la gente que estaba en el aeródromo “solo escuchó el ruido del golpe” y al salir y ver el “estado del avión”, todo el mundo se temió lo peor.
“El estado en el que quedó el avión era matarse”, concluyó