Se cumplen 5 años desde que los colegios cerraran por la llegada del COVID-19: “Fue más dura la vuelta a las aulas que el propio confinamiento”

San Sebastián

El cierre de los colegios en marzo de 2020 debido a la pandemia del COVID-19 marcó un antes y un después en la educación. La incertidumbre, la digitalización forzada y la adaptación a nuevas metodologías fueron algunos de los desafíos que enfrentaron los centros educativos. La noticia llegó de golpe: los colegios cerrarían indefinidamente. La reacción fue de desconcierto, de miedo, de incertidumbre. Pero no quedaba otra opción, había que buscar soluciones de la manera más rápida posible para seguir dando clases. Eso conllevó el uso de las videollamadas y las clases online, algo que era complicado para los y las profesoras debido a que no tenían ese contacto visual, físico con sus alumnos.

En 'Hoy por Hoy San Sebastián' hemos podido hablar con diferentes profesores de colegios de San Sebastián sobre el impacto emocional que tuvo el cierre de los colegios, las dificultades que tuvieron, y cómo se impusieron a ellas. Los hubo más intuitivos, que desde febrero preveían lo que podía suceder, y los hubo más optimistas, que cuando cerraron los colegios, tuvieron que improvisar sobre la marcha.

"¿Cómo les explico lo que va a pasar?"

Esa fue la primera pregunta. Cómo explicar a unos adolescentes, a unos niños, y a unos padres, lo que iba a suceder. Es la principal pregunta que se hacía Naroa Agirre, coordinadora del Centro de Bachillerato Nazaret: "¿Cómo les explico ahora lo que se nos viene encima? Me acuerdo de esa sensación de 'shock', de no saber qué hacer, qué decirles, de intentar asimilar la noticia que nos acababan de dar", ha explicado la coordinadora

Otra conversación que define cuánto de crítico fue aquel momento es la que tuvo Juan Martorell, director del Colegio Alemán, con la responsable del comedor, a la que le dijo: "No pidas ningún producto que sea perecedero, no sabemos cuánto tiempo va a durar esto". A priori eran simplemente unas semanas, pero lo que podrían haber sido 14 días, acabaron siendo muchos meses.

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"Vamos a salir adelante"

Aquellos días de marzo fueron realmente una pesadilla, pero fue justo eso lo que hizo que todas las partes que forman los centros educativos: profesores, alumnos y padres, se unieran. "Les dije que problemas íbamos a tener, pero que a cada problema buscaríamos cuatro o cinco soluciones y saldríamos adelante". Ante esta frase de Juan Martorell en una videollamada, hubo un silencio y todos dijeron: "Venga, a por ello". Quizás sea eso lo que hizo que la docencia siguiese su curso.

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Una docencia que era virtual y que para muchos fue complicada; en el caso de Axular Lizeoa, su director, Julen Otegi, ha comentado que fue especialmente complicado: "Hubo que hacer una digitalización acelerada y fue complicado. Además, no solo era el aspecto técnico, sino también el emocional. Como docente, la esencia de nuestro trabajo es el contacto diario con los niños, niñas y adolescentes. De repente, te encuentras dando clases frente a una pantalla, con cámaras apagadas, micrófonos silenciados y la sensación de estar hablando al vacío".

En el caso de Maria Reina Eskola, se vivieron también momentos muy estresantes, según ha explicado en Radio San Sebastián su director, Gotzón Mancisidor: "Nuestra prioridad era dar claridad, pero es muy complicado si no sabes qué recursos tiene la familia, cuál es su situación, teníamos que distribuir horarios, cambiar la forma de dar las clases, o hacer diferentes grupos". Es decir, tenían que ser flexibles, aunque, según Mancisidor, "teníamos mucha flexibilidad, pero eso nos dificultaba el poder desconectar", ha confesado.

El regreso a las aulas: un desafío mayor

Como se suele decir, después de la tormenta llegó la calma, o eso se creía. Nada más lejos de la realidad. La vuelta a la presencialidad fue para muchos docentes más difícil incluso que el confinamiento. “Cuando volvimos, empezaron los confinamientos selectivos. Un día, un alumno positivo, al día siguiente, otro. Teníamos que rastrear con quién había estado, llamar a las familias, reorganizar las clases. Fue un caos", han manifestado los docentes.

Desafío tras desafío, los centros educativos se fueron haciendo más fuertes. Los y las profesoras consiguieron vencer a ese impacto emocional del COVID-19, y pudieron recuperar la esencia de su profesión. Es más, en 'Hoy por Hoy San Sebastián' han confesado que ese episodio les hizo mejores profesionales. De lo malo, siempre se puede sacar algo bueno. Cinco años más tarde, han desaparecido las mascarillas, las clases online, la incertidumbre y el miedo que generó una pandemia que sacudió a todo el mundo y que hoy en día, recordamos como un nudo de nuestra historia.