El racismo también se hereda: cuando los padres enseñan a sus hijos a discriminar desde la grada

Bilbao

El racismo en el deporte no es un fenómeno exclusivo del fútbol profesional, sino que también está presente en las categorías de base y en otras modalidades. Para a llegar a esta conclusión, varios deportistas y expertos en integración social han debatido sobre la discriminación racial en los terrenos de juego en el último episodio de 'Sí Soy' desde Kamanga Studio.

Han sido unos cuantos lo últimos episodios racistas vividos. Desde los comentarios racistas al jugador del Athletic, Maroan Sanadi, hasta la denuncia del CD Otxakoaga por hechos similares.

La portavoz de SOS Racismo Bizkaia, Aileen Carbajal, enfatiza que el racismo en el deporte no es solo cuestión de insultos individuales, sino que forma parte de una estructura más profunda: "El racismo es estructural porque no solo son comportamientos individuales de personas que dicen insultos o cometen agresiones físicas, sino también es algo que permea en las instituciones, en la política, en las leyes y en lo simbólico".

Por su parte, Mohamed Yassine relata un episodio que vivió recientemente cuando, tras empezar a jugar en un campo público, un grupo de jóvenes locales lo desalojó sin previo aviso: "No habían reservado el campo, pero al vernos allí, decidieron reservarlo en ese mismo momento para echarnos. Me sentí discriminado".

Insultos racistas desde la grada y el rol de las familias

El entrenador y jugador de baloncesto Anuar Tlemsani comparte su experiencia sobre los insultos racistas que ha recibido en los partidos. "Nos ha pasado varias veces que vamos a un campo y nos dicen negro, moro o puto mono. Muchas veces lo dejamos pasar, pero no debería ser así. Lo más preocupante es que en algunos casos los insultos vienen de los propios padres de los jugadores".

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Nelson Daniel, jugador de baloncesto, quien también ha sufrido situaciones similares, alerta sobre el impacto de estas actitudes en las nuevas generaciones: "Lo que más me sorprendió es que los insultos de la grada venían de los propios padres. Eso da miedo, porque esa generación está criando a la siguiente. Si un niño crece viendo que su padre insulta a otro jugador por su raza, es probable que repita ese comportamiento en el futuro".

La memoria pendiente: cuatro jóvenes reflexionan sobre el pasado para construir el futuro

Las trabas burocráticas para los jugadores migrantes

Más allá de los insultos en los partidos, el racismo en el deporte base también se manifiesta de forma más sutil a nivel administrativo. "Muchas personas migradas tienen dificultad para federarse por su situación administrativa. Esto les impide jugar en igualdad de condiciones y demuestra que el racismo en el deporte no es solo un problema de actitud, sino también de leyes y normativas", explica Aileen Carbajal.

Ibon González, coordinador de actividades deportivas en Bakuva, coincide con esta idea y destaca la importancia de la educación en el deporte base. "Los niños se educan con lo que ven y con lo que se les dice. Si los referentes que tienen son entrenadores o familiares que normalizan el racismo, el problema seguirá perpetuándose. Por eso es fundamental trabajar en la concienciación desde edades tempranas".

Desde SOS Racismo Bizkaia insisten en la necesidad de que las instituciones deportivas y políticas tomen cartas en el asunto. "El deporte es una gran herramienta de inclusión social, pero por sí solo no va a ser inclusivo. Hace falta que existan políticas que promuevan la igualdad y la diversidad en los espacios deportivos", añade Carbajal.

El testimonio de Ben Hamed, del SD Amorebieta

El futbolista Ben Hamed, jugador de la Sociedad Deportiva Amorebieta, denunciaba un episodio de racismo sufrido en un partido contra la Cultural Leonesa. Durante una entrevista, el deportista relata el momento en que fue víctima de insultos racistas por parte de los aficionados rivales.

El incidente ocurrió tras recibir un golpe en la cara que requirió asistencia médica. "Después de que entrara la asistencia, el árbitro me pidió salir del campo para volver a darme la alta y poder entrar de nuevo", relata Ben Hamed. Fue entonces cuando, mientras caminaba cerca de la grada, escuchó insultos que lo marcaron profundamente. "Me decían ‘puto negro, puto negro’ muchas veces, y eso me llamó mucho la atención", recuerda.

El jugador expresa su dolor y frustración al enfrentarse a esta situación en el contexto de un deporte que, en su opinión, debería unir a las personas. "Cuando estás en un campo de fútbol haciendo lo que más te gusta, lo que te dedicas, yo creo que esos insultos no tienen que tener lugar", afirma. "Me dolió mucho, porque el fútbol es un deporte que reúne a personas de muchas nacionalidades diferentes y que alguien te insulte por tu color de piel es muy duro".

¿Dónde escuchar 'Sí soy'?

A pesar del impacto emocional del episodio, Ben Hamed destaca el apoyo que recibió por parte de su club, compañeros y otros equipos, entre ellos el Athletic Club. "Agradezco mucho a mi club, a todas las entidades deportivas y a los medios de comunicación que me han dado la oportunidad de expresar lo que sucedió", comenta. También menciona que estos actos no son aislados y que otros jugadores han vivido experiencias similares. "El fin de semana siguiente ocurrió algo parecido con Marwan".

El futbolista hace hincapié en la necesidad de tomar medidas preventivas para erradicar el racismo en el fútbol. "No hay que esperar a que ocurran estas cosas para tomar medidas o sanciones", asegura. "Se necesita un protocolo de prevención, más control en los estadios y sanciones contundentes". Considera que, aunque es difícil controlar a miles de aficionados, en estadios más pequeños sí es posible identificar a los responsables de los insultos.