“Las exigencias que recibimos a nivel físico las mujeres no tienen nada que ver con las que reciben los hombres. La cosificación tiene género”
La Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria cumple un año desde su apertura en el hospital de Galdakao, consolidándose como un pilar clave en la atención a pacientes con anorexia, bulimia y otros trastornos de la conducta alimentaria
"Este centro ha cambiado vidas": un año de atención especializada a los trastornos alimentarios en Bizkaia
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Bilbao
Hace un año, el Hospital Universitario de Galdakao-Usansolo abrió la primera unidad especializada en Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) de Bizkaia. Desde entonces, 40 personas han recibido tratamiento en este servicio pionero, en su mayoría mujeres, con un único paciente varón hasta la fecha. Para Leire Erkoreka, jefa de servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de Galdakao-Usansolo, este desequilibrio en la presencia de pacientes mujeres y hombres tiene una causa estructural: "Las exigencias que recibimos a nivel físico las mujeres no tienen nada que ver con las que reciben los hombres. La cosificación tiene género. Este es un reflejo de lo que nos vamos nutriendo".
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Durante una visita a la unidad, nos encontramos con 14 jóvenes que actualmente siguen tratamiento. Ha sido unos minutos más tarde de las doce del medio día cuando han salido del área de hospitalización para dirigirse al hospital de día, donde participan en terapias ocupacionales como parte de su recuperación. "Hemos comenzado con un nuevo taller donde aprenden a bailar sevillanas", explica Edurne Losa, médica psiquiatra de la unidad. "Durante estos meses, muchas pacientes comentaban que pasaban demasiado tiempo sentadas. Con esta actividad, dentro de sus limitaciones y el reposo que deben hacer, se mueven, pero también trabajan aspectos emocionales importantes, como la vergüenza, que es clave en su recuperación. Además, contamos con un taller de cocina, donde no solo aprenden a preparar alimentos, sino que también se acercan a la comida, la tocan y trabajamos para romper esa mala relación que tienen con ella".
Perfil
El abordaje integral es clave en esta unidad, que actualmente acoge a ocho pacientes en hospitalización parcial y a seis en régimen de ingreso total, el máximo de camas disponibles. La media de edad de estas mujeres es de 32 años, a pesar de que el grueso de pacientes cuenta con entre 18 y 25 años. "La media de estancia de estas personas es 100 días, unos tres meses. Actualmente, tenemos a tres personas en lista de espera, excepcionalmente, entre ellos, un joven de 21 años", indica Losa.
Aunque la unidad está dirigida a personas mayores de edad, las profesionales alertan de que cada vez aparecen más casos en edades tempranas. "Están llegando adolescentes o preadolescentes, de once o doce años, a las consultas externas con síntomas compatibles con un diagnóstico", advierte Erkoreka.
Escuela de familias
El papel de las familias en el proceso de recuperación es fundamental. Contar con un entorno preparado y consciente de cómo brindar apoyo puede marcar la diferencia. Por ello, dentro de dos semanas, la unidad pondrá en marcha su primera escuela de familias, un espacio de orientación y acompañamiento que será coordinado por un psicólogo clínico y una médica psiquiatra de la unidad.
