“Bilbao es un aeropuerto técnicamente desafiante”: un piloto explica en ‘Sí soy’ cómo vive los aterrizajes

Bilbao

Iñigo Erezuma, piloto de la compañía Volotea con base en Bilbao, ha sido el siguiente invitado de Sí soy. "Siempre me ha gustado el vuelo en avioneta, la acrobacia y todo el mundo de la aviación ligera", comienza. Su carrera empezó como instructor de vuelo y posteriormente llegó a ser director de una escuela en Bilbao, donde estuvo cinco años. "Hace tres años entré en Volotea. Salió la oportunidad y la vida cambió un poco", cuenta sobre su paso a la aviación comercial.

Volotea opera vuelos de corta y media distancia en Europa, y Erezuma cubre principalmente rutas por la península ibérica, Baleares, Canarias y destinos como Atenas. "No hacemos vuelos de más de tres horas y media", indica.

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El desafío de aterrizar en Bilbao

El aeropuerto de Bilbao es conocido por sus condiciones meteorológicas complicadas, con fuertes vientos y una orografía compleja. "Se mueve, no te voy a engañar", admite. "Es una realidad, lo podéis ver en los vídeos y si lo habéis vivido alguna vez, pues se mueve bastante". Explica que el principal desafío es la orografía: "Por el norte tenemos el mar, pero por el sur hay montañas que generan ondas orográficas, lo que hace que se mueva el avión".

Para minimizar la turbulencia en la aproximación a la pista 12, los pilotos suelen modificar el viraje para evitar la zona del monte Serantes. "Los pilotos que volamos aquí a menudo sabemos que hasta los 2.000 pies (unos 600 metros de altura) se mueve mucho, pero luego la situación mejora", comenta. "A veces, los pilotos de compañías extranjeras, como Lufthansa, que no están tan familiarizados con la zona, pueden optar por irse a un aeropuerto alternativo".

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Desvíos y decisiones en vuelo

Cuando las condiciones impiden aterrizar en Bilbao, las aerolíneas deben elegir un aeropuerto alternativo. "La gente se pregunta por qué no vamos a Vitoria o Santander en lugar de volver a Barcelona o Madrid", dice Erezuma. "Depende mucho de la compañía y de la meteorología. Vitoria, por ejemplo, aunque está abierto 24 horas, a veces no tiene personal de handling los fines de semana".

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Recuerda un caso en el que tuvo que desviar su vuelo. "Fue el 5 de enero, con viento sur muy fuerte. Tuvimos que ir a Vitoria en lugar de aterrizar en Bilbao. Lo curioso es que la gente nos aplaudió al llegar, algo poco común porque normalmente se enfadan cuando hay un desvío", cuenta entre risas.

Las turbulencias y la seguridad en vuelo

Uno de los temas que más preocupan a los pasajeros son las turbulencias. "Para un piloto, es algo normal", asegura. "Es incómodo, pero el avión está diseñado para soportarlas sin problema". Explica que en caso de turbulencia severa, lo que hacen es ajustar la velocidad del avión para mantenerse dentro de los límites seguros. "El avión no se va a romper, es muy difícil que eso ocurra".

Respecto a la mejor ubicación para evitar notar turbulencias, Erezuma dice: "En la zona de las alas se sienten menos. En la cola se nota mucho más". También enfatiza la importancia de llevar el cinturón abrochado en todo momento: "Una vez, de pasajero, viví una turbulencia de aire claro. El avión bajó de golpe cientos de metros y hubo gente que salió despedida contra el techo. Yo mismo vi a un comandante con el café derramado por la camisa".

El mito del aterrizaje automático

Finalmente, el piloto desmiente uno de los mitos más comunes entre los pasajeros: que un avión comercial pueda aterrizarse solo sin intervención humana. "Mucha gente cree que si los pilotos se desmayan, alguien podría aterrizar el avión con ayuda por radio", comenta. "Se podría intentar, pero otra cosa es hacerlo bien y con seguridad".

Explica que aunque los aviones modernos tienen sistemas de piloto automático muy avanzados, los pilotos siguen siendo imprescindibles. "Desde el despegue, nosotros ya tenemos planeado todo: cuándo llegamos, cuánto tiempo podemos esperar en caso de no poder aterrizar y cuál es nuestro aeropuerto alternativo".

Sobre la seguridad en cabina tras incidentes como el del vuelo de Germanwings en 2015, explica que ahora en muchas compañías siempre debe haber dos personas en la cabina. "En nuestra compañía, si un piloto sale al baño, entra un tripulante de cabina hasta que regrese", explica. "Aunque no es obligatorio en todas las aerolíneas, muchas lo han implementado como medida de seguridad".