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“En el Aterpe de Vitoria, además de una cama y un techo, les acompañamos en la búsqueda de piso o trabajo”

Este año los recursos de acogida se han reforzado con 30 nuevas camas y los espacios se han hecho más accesibles

Alerta de puertas abiertas para los sin hogar en el gélido invierno de Vitoria

Alerta de puertas abiertas para los sin hogar en el gélido invierno de Vitoria

29:07

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Vitoria-Gasteiz

La semana pasada fue la primera de verdadero invierno en Vitoria, con la caída de la temperaturas por debajo de los cero grados, aunque es cierto que durante el mes de diciembre el termómetro se acercó a los cero grados. Situación que hizo poner en marcha el servicio municipal de Puertas Abiertas, los días 8, 9, 10, 11, 12, 13, 16, 17, 18, 30, 31 de diciembre y 1, 13, 14, 15, 16, 17 y 18 de enero, que este año se ha reforzado con la incorporación de 30 nuevas camas para paliar la falta de alojamiento en los servicios sociales municipales que cuentan con una alta ocupación ante la creciente demanda. de hecho el Aterpe actualmente tiene un 100% de ocupación.

Además, este "no sólo es un lugar donde pasar la noche, sino también cuenta con servicios de manutención, higiene y lavandería, que lo han convertido en un espacio de referencia para la reintegración social", ha indicado Daniel Pascual, educador responsable del Aterpe. A lo que Álvaro López de Arkaute, jefe de recursos de acogida marcaba como "este año hemos ampliado el número de plazas y hemos realizado transformaciones para mejorar la confortabilidad, especialmente en el espacio destinado a mujeres. También hemos mejorado la accesibilidad y el aislamiento". El acompañamiento a las mujeres ha sido una prioridad, dadas las vulnerabilidades adicionales que enfrentan. "Las mujeres en situación de calle están expuestas a un riesgo mayor de violencia, por lo que hemos enfocado esfuerzos para ofrecerles espacios seguros y atención especializada", explicó López de Arkaute.

La principal preocupación de los equipos que trabajan con personas sin hogar es, además del alojamiento, proporcionar un acompañamiento integral. "No solo se trata de una cama y un techo. También ofrecemos apoyo en la búsqueda de alojamiento, formación, y la creación de hábitos que faciliten la reintegración", ha indicado Pascual.

El programa no solo se centra en el alojamiento, sino también en la inclusión social y laboral, con el objetivo de ofrecer a las personas sin hogar las herramientas necesarias para reintegrarse en la sociedad. Aunque los recursos se están ampliando, todavía hay un largo camino por recorrer para garantizar que nadie quede atrás en esta situación de vulnerabilidad. Así, el trabajo de coordinación entre los diferentes servicios, como los centros de día, el Aterpe y los educadores de calle, es fundamental para poder ofrecer una respuesta integral y efectiva. "A través de la colaboración y el trabajo en red, estamos logrando que más personas accedan a los recursos que necesitan", ha indicado Pascual.

Calle y salud mental

El perfil de las personas en situación de calle ha cambiado en los últimos meses. Mientras que anteriormente muchas de estas personas eran principalmente aquellas afectadas por problemas de salud mental o adicciones. "Es cierto que el perfil que está en situación de calle ha cambiado, ya que ahora nos encontramos mucha más gente en esta situación por situaciones económicas o migratorias", ha indicado el jefe de recursos de acogida, López de Arkaute.

Además, uno de los grandes retos es la salud mental, un tema recurrente entre las personas que viven en la calle. "Desde trastornos leves hasta enfermedades más graves como esquizofrenia, por ello es clave el que podamos contar con un equipo formado para dar la mejor respuesta a todo este tipo de situaciones", nos contaba Álvaro López de Arkaute.

Testimonios de personas en situación de calle en Vitoria

También hemos conocido las realidades y desafíos cotidianos de las personas que viven en situación de calle, personificadas en Alma y Mikel. Alma, que lleva tres años en la ciudad, compartió que la vida en la calle le ha permitido encontrar cierta estabilidad mental. A pesar de las bajas temperaturas se ha acostumbrado a las inclemencias del tiempo y prefiere la libertad que le otorga la vida en la calle a las restricciones de los albergues. Para ella, la imposición de horarios y normas, como la prohibición de fumar o la obligación de cenar a horas específicas, no se ajusta a su forma de vida.

Por otro lado, su compañero, quien lleva en la calle desde los 18 años, también destacó la dureza de vivir en la calle, aunque señaló que la libertad que le proporciona la vida fuera de los albergues tiene sus ventajas. Ambos coinciden en que los servicios sociales disponibles, como los albergues, no cubren sus necesidades y limitan su autonomía.

Ambos coinciden en la importancia de los perros en sus vidas, lo que les impide hacer uso de ciertos servicios, ya que muchos albergues no aceptan animales. A pesar de las dificultades, los dos coinciden en que la vida en la calle les ha proporcionado un tipo de estabilidad que no encontraban en otros modelos de vida, aunque también reconocen los graves efectos sobre la salud mental que puede conllevar. Ambos consideran que el futuro es incierto y prefieren centrarse en el día a día.

 
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