La esperanza tras el ictus: nuevos enfoques para mejorar la calidad de vida de los pacientes
La Dra. Mª Mar Freijo lidera proyectos clave en España para abordar el impacto del ictus más allá de la fase hospitalaria, mejorando la recuperación y la reintegración de los afectados
La esperanza tras el ictus: nuevos enfoques para mejorar la calidad de vida de los pacientes
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Bilbao
El ictus es una de las principales causas de discapacidad en España, y en 2023, en Euskadi se registraron 8.934 casos, con 1.281 fallecimientos. La Dra. Mª Mar Freijo, jefa de la Sección de la Unidad Neurovascular del Hospital Universitario de Cruces, ha sido reelegida como coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Según Freijo, esta reelección permitirá continuar avanzando en la mejora de los tratamientos y la atención a largo plazo de los pacientes con ictus.
La Dra. Freijo destaca que, aunque en la fase aguda del ictus se han logrado avances significativos, el gran desafío radica en la etapa de recuperación posthospitalaria. “Es imprescindible garantizar que los pacientes y sus familias dispongan de recursos adecuados para afrontar esta etapa, que incluye rehabilitación física, cognitiva y social,” indicó.
En Euskadi, según datos de 2023, un 30 % de los pacientes de ictus se recuperan sin secuelas, mientras que otro 30 % queda en situación de dependencia severa. La Dra. Freijo enfatizó la importancia de implementar más recursos para la rehabilitación integral, que involucra fisioterapia, logopedia y apoyo psicológico, tanto para los pacientes como para sus familias.
Datos sobre prevención y detección
La Dra. Freijo subrayó la relevancia de la prevención como una herramienta clave para reducir los casos de ictus. Según explicó, el control de factores de riesgo como la hipertensión, el colesterol elevado y la diabetes, además de mantener un estilo de vida saludable, son fundamentales. Sin embargo, alertó de que el ictus puede afectar también a personas sin factores de riesgo evidentes, debido a causas genéticas u otros factores.
En cuanto a la detección, la neuróloga destacó que reconocer los síntomas de un ictus y acudir al hospital de inmediato puede marcar la diferencia. “Cada minuto cuenta, y el retraso en la atención puede limitar las opciones de tratamiento y afectar el pronóstico,” afirmó.
Recursos disponibles
La Asociación de Daño Cerebral Adquirido en Bizkaia (ATECE) proporciona apoyo a más de 230 familias afectadas por ictus en la región. Según Ana Blanco, técnica pedagoga de la asociación, los servicios de rehabilitación disponibles son insuficientes para atender la alta demanda
y las familias enfrentan grandes retos en el cuidado de los pacientes. Blanco señaló que "el ictus no solo afecta a quien lo sufre, sino que también impacta profundamente en las dinámicas familiares."
Por su parte, la Dra. Freijo mencionó que los proyectos del Instituto Biocruces-Bizkaia se enfocan en cubrir estas necesidades desde perspectivas médicas y sociales. Asimismo, destacó que la Unidad de Ictus del Hospital Universitario de Cruces obtuvo la acreditación europea en 2023, lo que reafirma su compromiso con la excelencia en el tratamiento de esta enfermedad.