Erik González (Sestao, 22 años), conocido como Cresh K en el mundo del rap, está viviendo un ascenso meteórico en su carrera musical. Este fin de semana será cabeza de cartel en un importante festival en Madrid, y en enero hará vibrar a su tierra con un concierto en la sala Mytho de Bilbao. Pero antes de convertirse en rapero, Erik compartió terreno de juego con una de las estrellas más brillantes del momento, Nico Williams. «Entré en Lezama el mismo día que Nico Williams, entramos de la mano», recuerda Cresh K, quien formó parte de la cantera del Athletic Club desde los 11 años. En su etapa como centrocampista, surtió a Nico de innumerables asistencias, contribuyendo a los primeros pasos de un futbolista que hoy brilla internacionalmente. Esa conexión especial con Nico no solo marcó su etapa futbolística, sino que también inspira sus letras como rapero. El camino de Erik cambió de rumbo a los 17 años, cuando sus sueños futbolísticos comenzaron a desvanecerse. Tras pasar por equipos como el Danok Bat y enfrentarse a los desafíos del COVID, decidió seguir una nueva pasión que había descubierto en paralelo al fútbol: el rap. «Cuando era pequeño, antes de dormir, le pedía al Señor que me cogieran en Lezama. Siempre me trataron muy bien, el Athletic es lo mejor que hay. Pero la vida me quiso llevar por otros caminos», comenta Erik, quien siempre mantuvo vivo su amor por la música. Desde muy joven, Cresh K se sintió atraído por las «batallas de gallos», una disciplina que le enseñó a improvisar y a jugar con las palabras. Su padre, amante del rap, le introdujo a artistas como Los Violadores del Verso o El Langui. A los 13 años ya componía sus primeras canciones y grababa vídeos caseros en casa de amigos, subiéndolos a redes sociales como YouTube e Instagram. Su evolución como rapero lo llevó a convertir sus vivencias futbolísticas en versos cargados de emoción. «Repartiendo goles en Lezama con el Nico, ¿cómo te lo explico?, qué tiempazos, chico», canta en uno de sus temas, donde plasma la nostalgia por su paso por la cantera del Athletic. La conexión entre Cresh K y Nico Williams va más allá del terreno de juego. Desde sus primeros años en Lezama, ambos compartieron viajes, entrenamientos y una relación que marcó sus vidas. «Le di muchas asistencias, algunas para empujarla a gol. Nico era muy buen jugador, pero explotó en juveniles. Es un tío muy majo, buena persona», señala el rapero a EFE. Erik también recuerda cómo su familia ayudaba a Nico en sus inicios: «Al principio le íbamos a buscar a su casa con mi padre, Nico no tenía quien le llevara a Lezama. En juveniles vi que sería el mejor». Esa cercanía y apoyo mutuo se refleja en las letras de Cresh K, donde no falta la referencia a su amigo de infancia. En uno de sus temas más destacados, canta: «No saben que con Nico grabé mis primeros temas y al final se le dio porque todo es posible si los sueños.» Cresh K está dando grandes pasos en la música urbana, combinando su pasión por el rap con sus vivencias personales. Este fin de semana será cabeza de cartel en Madrid, un logro que marca un antes y un después en su carrera. Además, el próximo 17 de enero regresará a Bilbao para presentarse en la sala Mytho, en lo que promete ser un emotivo reencuentro con su tierra natal. El rapero de Sestao no olvida sus raíces ni el esfuerzo que le llevó a donde está hoy. En sus canciones, combina referencias futbolísticas con reflexiones sobre la vida, creando una narrativa única que conecta con sus seguidores. “Era más feliz tirando caños que cumpliendo años”, refleja en una de sus estrofas, un claro homenaje a su pasado como futbolista. La historia de Cresh K demuestra que los sueños pueden transformarse y encontrar nuevos caminos. Desde las canchas de Lezama hasta los escenarios, Erik González se ha reinventado como artista, llevando consigo los valores del esfuerzo y la dedicación. Con su talento y su conexión especial con Nico Williams, Cresh K no solo está triunfando en la música, sino que también se está consolidando como una figura que inspira tanto en el deporte como en el arte.