Andreu Buenafuente, Berto Romero, el equipo del programa y dos maletas llenas de cachivaches e instrumentos de juguete han hecho una visita veraniega, como de fin de curso escolar, a la capital bizkaina, donde en el Palacio Euskalduna se han congregado más de 1.800 personas. «Voy a pedir un irrintzi», dice Berto nada más empezar. Ese grito largo, agudo, vibrante y de un solo aliento. De ahí que el irrintzi sea lo primero que uno escucha y sea un anillo al dedo y bonito símbolo de alegría y celebración de una fiesta de humor y comedia. «Me duele decirlo, pero yo soy uno de los principales promotores del euskera en España», comenta un divertido Buenafuente, recordando que su vínculo con Euskadi viene de tiempo atrás, desde que llegaba a Donosti para hacer la mili. Es más, es tal su vínculo con nuestra tierra que, entre risas y el aplauso del público, el presentador mostraba una original camiseta en la que se podía leer: «Euskera hablo». Un programa en el que tanto Berto como Buenafuente se dedicaban a responder las preguntas de los oyentes, pero esta vez con una especial presencia euskalduna. Sin ir más lejos, la primera pregunta llegaba desde Pasaia. «¿Esto es aquí?», preguntaba un Berto que reconocía no saber dónde estaba. Además, fue un programa en el que los propios asistentes al Palacio Euskalduna hacían de intérpretes para ambos humoristas, acercándoles de una forma mucho más nítida nuestro euskera.