Fallece el escultor Koldobika Jauregi a los 64 años, un artista "comprometido, natural y libre de pensamiento"
El artista de Alkiza trabajaba y residía en su localidad natal junto a su pareja Elena Cajaraville
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Fallece el escultor Koldobika Jauregi, el artista de Alkiza que dejó una huella internacional en el mundo del arte
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San Sebastián
El escultor guipuzcoano Koldobika Jauregi ha fallecido este domingo a los 64 años como consecuencia de un ataque al corazón. Natural de Alkiza, sus obras en madera y piedra le han convertido en uno de los escultores vascos más importantes e influyentes de Euskadi a través de su profunda conexión con la naturaleza y la cultura vasca.
Su muerte repentina mientras realizaba tareas cotidianas en su casa, ha conmocionado a amigos y allegados y deja un vacío significativo en la localidad de Alkiza y en la cultura vasca en general.
"Ha sido una gran pérdida para el pueblo, tanto a nivel personal como colectivo. Koldobika era un amigo íntimo con quien compartí innumerables sobremesas, risas y debates", ha expresado el alcalde de Alkiza Iñaki Irazabalbeitia, que destaca su compromiso con Alkiza en su quinta legislatura como concejal, "no tenía dificultad para decir los que pensaba, era una persona comprometida".
El alcalde recuerda con cariño cómo Jauregi siempre defendió su tierra natal, incluso mientras viajaba por el mundo. Su taller y espacio expositivo en Alkiza, un lugar en el bosque donde sus esculturas se integran con la naturaleza, se ha convertido en un legado cultural invaluable.
Un artista generoso y un maestro admirado
Koldobika Jauregi inició su andadura artística en los años 70 de forma autodidacta, inicialmente guiado por el pintor Jesús Gallego. Ha trabajado diversos materiales, sobre todo madera y piedra, además de desarrollar una importante obra gráfica y diseñar joyas.
En 1990, recibió la beca Zabalaga de Eduardo Chillida y trabajó durante cuatro años en Düsselrdorf, como artista invitado en el Museo Insel Hombroich. Allí convivió con otros artistas alemanes de diferentes disciplinas, dentro de un proyecto experimental "Arte paralelo a la Naturaleza". Se sumergió en el estudio de filosofías orientales, lo cual influyó significativamente en su obra posterior. Fue, junto a nombres como Eduardo Chillida y Antoni Tàpies, uno de los diez artistas escogidos para la exposición que, sobre el arte español en el fin de siglo, se celebró en el Museo Würth de Künzelsau (Alemania) en 1999.
Como ocurrió con Chillida, su obra fue apreciada antes en Alemania que en su propia tierra, y hasta que en 2002 el Museo San Telmo de San Sebastián acogió la obra madera y chapa de hierro titulada "Zaldi IX" ningún centro expositivo vasco había mostrado su trabajo.
Mikel Chillida, nieto de Eduardo Chillida, colaborador y amigo del artista, también compartió sus recuerdos en "un día muy difícil de asimilar". "Koldobika siempre tuvo un respeto y aprecio inmenso por todos nosotros. Me contaba historias con gran cariño, siempre destacando la generosidad y el respeto que recibió a lo largo de su vida," expresó Chillida que recuerda cómo Jauregi, sin esperar nada a cambio, siempre apoyó a los jóvenes artistas y mantuvo una relación estrecha con quienes admiraban su trabajo.
"Era una persona fantástica y un artista íntegro de los pies a la cabeza. Su legado en Alkiza y su influencia en la cultura vasca perdurarán por mucho tiempo," afirmó Chillida, quien adelantó la posibilidad de organizar futuros homenajes en honor a Jauregi.
Artista internacional
En los últimos años ha participado en numerosas exposiciones colectivas en distintos puntos de España, Estados Unidos y, sobre todo, Alemania, además de protagonizar más de una treintena de muestras individuales. Sus obras han sido exhibidas en instituciones como el Museo Guggenheim Bilbao, el Museo de San Telmo en Donostia-San Sebastián, y en varias galerías en ciudades como Bilbao, Pamplona, y Valladolid
Además de su trabajo en escultura, Jauregi dejó su huella en el ámbito cinematográfico. Fue uno de los principales impulsores y diseñadores de la estética del film "Dantza", dirigido por Telmo Esnal. La película, que narra historias a través de la danza tradicional vasca, destaca por su enfoque visual innovador, en el que Jauregi jugó un papel crucial en la creación de los trajes y el atrezzo
Actualmente trabajaba y residía en Alkiza junto con su pareja, la también artista Elena Cajaraville, con quien codirigía el Museo Ur Mara, un espacio experimental en Alkiza que fusiona arte, etnografía y naturaleza.