Zubimendi rescata a la Real en el descuento

San Sebastián

La Real Sociedad y el Deportivo Alavés se reparten los puntos en el Reale Arena en un derbi vasco loco y en el que pasaron tantas cosas que bien pudieron haber desnivelado el marcador y que la historia fuera muy diferente. Martín Zubimendi empató de manera heroica en el 96′ para una Real Sociedad que jugó durante 70 minutos con un jugador menos por la extraña expulsión de Remiro al final de la primera parte. Aunque parezca mentira, sabe a gloria por el contexto en el que llegaba al final del partido el derbi. Y también valora mucho el Alavés el punto que suma en San Sebastián, a pesar de que volvió a encajar un gol en el descuento y se le escapan puntos de nuevo en el tramo final jugando con uno más. Le pasó contra el Real Madrid y le vuelve a pasar contra la Real Sociedad, esta vez con el añadido de que esta vez iba por delante gracias al gol de Luis Rioja de penalti en la segunda parte.

La jugada clave del partido ocurrió en el minuto 36 del partido, con la expulsión de Alex Remiro. El portero de la Real Sociedad se equivoca al salir fuera del área para despejar un balón sin medir bien el bote y de manera instintiva cortó la jugada con la mano fuera del área porque Rebbach se quedaba para marcar a portería vacía. Tuvo que decidir y optó por evitar el 0-1 de manera drástica aunque evitable. Pero eso obligó a la Real durante más de un hora a jugar en inferioridad numérica. Le condicionó contra el Alavés y también a futuro porque no podrá jugar en el derbi vasco de San Mamés de la próxima jornada. El joven Marrero tuvo que debutar de manera inesperada e improvisada en Primera división y tendrá que defender la portería realista contra el Athletic Club. Tampoco es que tuviera mucho trabajo, lo que habla de lo que hizo en ataque el Alavés. Porque el asunto es que hasta entonces el equipo vitoriano no había llegado a la portería txuri-urdin, y era la Real la que dominaba el derbi, aunque sin ocasiones claras.

Con empate sin goles, pero con la Real Sociedad con uno menos, se fue el derbi al descanso. Y la locura que comenzó con la expulsión de Remiro, siguió en la segunda parte. El Alavés quiso aprovechar su superioridad numérica sobre el terreno de juego, pero fue la Real la que apretó de inicio en busca del gol. Y de hecho tuvo las mejores ocasiones, con un remate de Zubeldia que sacó Rafa Marín bajo palos. Fue la mejor oportunidad del partido hasta entonces. No parecía que jugaban en desigualdad de condiciones, porque los vitorianos apenas asomaban su cabeza por el área de la Real, hasta que en una de las pocas veces que se animaron, Guevara fue derribado dentro del área realista y el colegiado no dudaba al decretar la pena máxima. Luis Rioja marcaba de penalti, sin que Marrero pudiera hacer nada.

El gol del Alavés llegó en su único tiro del Alavés en toda la segunda parte. Dio la sensación de que se conformó demasiado con ese gol, en vez de ir a buscar darle la puntilla a un rival que estaba tocado. Por eso quizá ocurrió lo que nadie esperaba. Porque el Alavés se echó demasiado atrás, y la Real lo aprovechó para venirse arriba y lanzarse a por un empate heroico que mereció por insistencia y por ocasiones. Pudo marcar Take Kubo, que lanzó el balón al larguero; pudo hacerlo Merino, pero Sivera estuvo muy bien; y lo hizo al final Martin Zubimendi ya en el descuento. Los donostiarras, espoleados por Barrenetxea y Sadiq, a los que se echó en falta que salieran antes, apretaron hasta el final, y no estuvieron lejos de darle la vuelta al marcador, en medio de unos minutos finales que fueron una absoluta locura. Tendrá que hacérselo mirar el Alavés, porque de nuevo dio la impresión de ser demasiado conformista, y quizá volvió a pagarlo muy caro. Tenía tres puntos de oro en la mano, y se vuelve con uno a Vitoria, que sabe bien, pero dejo escapar un gran oportunidad. Todo lo contrario la Real, al que su fe le llevó a sumar un valioso punto.