Constantino Suso, el boxeador alavés que fue subcampeón estatal en 1945
Constantino Suso fue un boxeador vitoriano que llegó a la élite. Tuvo una gran amistad con el crítico de boxeo del diario As, Fernando Vadillo
Vitoria-Gasteiz
Fernando Vadillo Ortiz de Guzmán (Armentia - Álava 23.07.1923 / Madrid 31.07.2001), fue el responsable en el diario “As” de la información boxística, recorriendo medio mundo para presenciar los combates mas importantes y plasmar las crónicas de las peleas en el periódico. Fue considerado el mejor crítico de boxeo, junto a Manuel Alcántara de “Marca”.
En 1969 Vadillo escribió en As un artículo dedicado al inicio del boxeo en Vitoria, del cual extraemos lo siguiente “La pequeña historia del boxeo vitoriano se remontaba a 1923, cuando llegó a la ciudad, procedente del Club Fortuna, de Bilbao, un peso wélter de escuela clásica, Victoriano Palacios. Dos años después se organizó en la capital alavesa el primer campeonato de aficionados, proclamándose titulares, el gallo Diaz, el pluma Tomás. el ligero Muñoz, y el welter Palacios. A éstos se añadían otros nombres populares, como el de Autillo —un gallo bullidor y escurridizo— y, posteriormente, surgieron en la escena del teatro Príncipe y en otros locales nuevas figuras, como Menéndez, un peso medio que polarizó la atención del público hasta el estallido de la guerra civil.”
Vadillo en su juventud fue boxeador en Vitoria, y su maestro fue Fernando Muñoz, figura estelar del boxeo vitoriano, que tras su retirada en 1931, se dedicó a la preparación de nuevos púgiles. En el jardín del desaparecido Café Suizo de la calle Dato impartió las primeras enseñanzas, que tiempo después tendrían continuidad en otros locales, entre ellos el reten de la guardia municipal situado en “El Campillo”. En 1939, treinta eran los boxeadores alaveses que eran entrenados por Muñoz, quien además, fue masajista del Deportivo Alavés, siendo homenajeado por el club en 1953, tras muchos años de dedicación a esa tarea. Victoriano Palacios Hueto, antiguo boxeador, fue otro de los impulsores del boxeo alavés en aquella época, ejerciendo de juez y arbitro de boxeo. Marcelino Losa, fue otra persona importante en ese deporte, desempeñando entonces la labor de delegado de la Federación Guipuzcoana de Boxeo, a la que pertenecían los boxeadores alaveses; quien además de atender las tareas propias del cargo, ejercía de cronometrador. Losa fue maestro durante casi cincuenta años, en el centro escolar de la Escuela de Practicas de la Normal, conocida popularmente como “Escuelas de Ali”. Aquel trío dio alas al boxeo vitoriano.
CONSTANTINO SUSO
Constantino Suso Ocio, fue uno de los pupilos de Fernando Muñoz. Nació en Albaina el 12 de abril de 1921 y desde los dos años de edad estuvo domiciliado en Vitoria. Presenció una velada de boxeo en el Frontón Vitoriano en 1938, y le gustó tanto, que se animó a practicar ese deporte. El Deportivo Alavés tenía una sección de boxeo y allí dio los primeros pasos de su carrera como aficionado, debutando el 6 de febrero de 1938, ante Miguel Bernardino. No cobró nada por aquel combate, pero años después decía que le “bastó con salir ante el publico.”
En octubre de 1938 disputó el campeonato de Álava del peso gallo contra Miguel Bernardino, en un combate durísimo. En el primer round Suso cayó al suelo y Bernardino besó la lona dos veces. Constantino castigó a su contrario con varios directos y en el tercer asalto le alcanzó con uno de ellos descomunal y Bernardino cayó a la lona de nuevo, contándosele hasta ocho. Tras levantarse completamente aturdido cayó otra vez, lanzando sus segundos la esponja al ring, por lo que el combate se dio por finalizado, dándose como vencedor a Suso por KO técnico. Fue su primer título.
La primera vez que cobró como aficionado -su primera bolsa-, fue peleando con Peña de Bizkaia en el Frontón Vitoriano en el año 1941, al que ganó a los puntos. Recibió 20 pesetas.
CAMPEONATO DE ESPAÑA EN SEVILLA
El mejor resultado obtenido por Suso en el campo aficionado, lo consiguió en el Campeonato de España celebrado en Sevilla. Acudió al torneo integrado en la selección guipuzcoana, ya que los boxeadores alaveses tenían ficha por la federación de ese territorio. En cuartos y semifinales venció al catalán Pérez González y al vizcaíno Argote, consiguiendo pasar a disputar la final del peso pluma. El combate para la disputa del título estatal se celebró el 8 de septiembre de 1945, enfrentándose Suso al andaluz Capelo. Los jueces dieron como ganador a los puntos a este último, por lo que el alavés debió conformarse con el subcampeonato.
La mayoría de la prensa reflejó que la decisión había sido totalmente injusta. En declaraciones al periodista “Porriño” de la Voz de España de Donostia, el preparador de la selección guipuzcoana Gabriel Calvete, describió lo ocurrido en la pelea de esta forma: “Suso mereció ganar ampliamente a los puntos. Acorraló a su adversario en los dos primeros asaltos, que se defendía cubriendo su cuerpo en el rincón y en las cuerdas. Suso se cansó de golpear en los dos primeros “rounds” y cuando finalizó el segundo, ya al retirarse el al rincón le dije: “Ahora a defender la ventaja que has conseguido. Si no te derriban eres campeón”. Y Suso, cubriéndose bien, acepta incluso la pelea. Y no solo logró defender los puntos ganados, sino que, también incluso los superó. Grande fue la sorpresa cuando se dio vencedor a su contrincante. Sorpresa en los medios técnicos y sorpresa, también, en buena parte del publico. Así perdió Suso un título que tenía ganado”. Treinta años después, aun le dolía aquella injusta derrota y manifestaba al periodista vitoriano José Mari Sedano: “ Me robaron el titulo de campeón estatal de la forma mas descarada”.
La consecución del subcampeonato causó sensación en Vitoria y Constantino Suso y su preparador Fernando Muñoz fueron homenajeados el 13 de octubre de 1945, en una cena a la que asistieron todos los boxeadores locales y un gran número de admiradores.
ALGUNOS DATOS
Como profesional debutó en Donostia en 1946, frente al cubano Fernández, al que envió a la lona en el segundo asalto. La bolsa máxima que recibió a lo largo de su carrera profesional, fue de 3500 pesetas, enfrentándose a Martí II, en el Gran Price de Barcelona.
Estuvo en el ring como aficionado entre 1938 y 1946 y como profesional hasta 1950, peleando con los mejores púgiles de la península. Disputó 63 peleas en el campo aficionado y 40 como profesional y nunca fue vencido por KO.
Constantino intervino en combates organizados en varias ciudades, siendo muy querido y aplaudido en Vitoria, donde era una figura, al que se nombraba en los programas y carteles como el “ídolo alavés”. Estos fueron algunos de los recintos donde peleó en Vitoria, varios realmente curiosos: Frontón Vitoriano, donde se registraban llenos, cuando boxeaba; Nuevo Teatro, luego llamado Teatro Principal; Teatro Príncipe, luego llamado Guridi; Circo Carcellé, instalado en el solar del antiguo convento de San Francisco; Circo Ramper, instalado en la calle Ramiro de Maeztu; Regimiento de Infantería Flandes número 30; Frontón de la cervecera La Sucursal, situada en la esquina de las calles Cercas Bajas y Beato Tomás de Zumarraga, donde los Knörr tenían la fabrica de cerveza y el bar con jardín;
En Donostia, por su total entrega que atraía al publico, los empresarios siempre le pagaban algunos duros más, que al resto de boxeadores que intervenían en las veladas. En la capital guipuzcoana peleó en el gimnasio “La Perla del Océano“, en el Frontón Gross y en la Plaza de Toros “El Chofre”, desaparecida en 1973.
Por su parte, estos son otros recintos destacados del Estado donde boxeó: Frontón Beotibar, de Tolosa; Gran Price de Barcelona, con cabida para 5000 espectadores, desaparecido en 1972; Campo de Zatorre, en Burgos, Frontón del Club Deportivo, en Bilbao; Frontón Fiesta Alegre, de Madrid; Campo del Gas, de Madrid.
DESPEDIDA DE SUSO
El combate de despedida de Constantino Suso se celebró en la Plaza de Toros de Vitoria el 8 de agosto de 1950, coincidiendo con las fiestas vitorianas. Se pretendía que Suso disputara un combate contra Luis Romero campeón de Europa de los pesos gallos. El periodista alavés Fernando Vadillo , como hemos dicho el mejor crítico de boxeo de la época, era amigo del boxeador Romero, y consiguió que este diera su conformidad para que el combate se celebrara. Ello no fue posible; la Federación Guipuzcoana, -a la que pertenecían los boxeadores alaveses-; envió un telegrama no autorizando la pelea.
Finalmente Suso se enfrentó al almeriense Fenoy, “sparring “ de Romero, terminando el combate en tablas, tras ocho asaltos disputados con coraje. El alavés cobró 2500 pesetas. Romero, se limitó a realizar un combate de exhibición con su preparador.
EL BAR SUSO Y LAS TARJETAS DE VADILLO
Las ganancias obtenidas en el boxeo le sirvieron a Constantino de gran ayuda, para abrir en 1950 el “Bar Suso” en la calle Cuchillería, haciendo esquina al cantón de San Francisco Javier. Tenia entonces 29 años y se había casado con Visitación Menoyo Pinedo. Por allí han pasado varias generaciones de vitorianos a tomar potes, entre ellos el que esto escribe cuando era estudiante, en el que jugaba partidas de futbolín con los amigos. El bar hoy sigue con el mismo nombre.
Suso, guardaba recortes de periódico referidos a su dilatada carrera. José Mari Sedano, reprodujo una parte del texto de uno de ellos, en el diario Norte Exprés -autoría de Vadillo-, que decía: "Su personalidad pugilística, se caracterizaba por la nobleza y corrección de su estilo, que tantas simpatías le han aportado; por la destreza de su esgrima y, sobre todo. por la potencia de su punch, de la que se han dolido tantos famosos púgiles’'.
Como hemos dicho, Fernando Vadillo se desplazaba al extranjero como enviado del diario As, para presenciar todos los combates de gran relieve, como campeonatos del mundo o de Europa. Tenía una gran amistad con Suso, por lo que siempre se acordaba de el en esos desplazamientos, y le enviaba al bar tarjetas postales desde las ciudades donde se celebraban los combates. Una de ellas fechada en Nueva York decía: "Antes de comenzar el combate Frazier-Casius Clay, un fuerte abrazo”.
Vadillo, como reconocimiento a su destacada labor periodística, fue elegido para pronunciar el pregón de las Fiestas de San Prudencio de 1972.
Javier Ortiz de Viñaspre “JOVI” (1915-2006), caricaturista y pintor vitoriano, realizó a lo largo de su vida infinidad de caricaturas de personajes alaveses, entre ellas una de nuestro apreciado Constantino Suso, que fue publicada en la revista “Celedón”, y que aquí mostramos.