Una década del estreno de San Mamés: entre la cómoda modernidad y la añoranza del ambiente del viejo campo

Bilbao

Un siglo llevaba Bilbao viviendo el fútbol en La Catedral cuando esta fue derribada para dar paso al nuevo campo del Athletic. Desde su inauguración, en agosto de 1913, el antiguo San Mamés había ido construyendo la memoria futbolística del territorio a base de goles, de tardes de domingo, de celebraciones compartidas con el vecino de asiento, de bufandas al aire.

Un par de meses antes, a principios de julio, cuatro grandes grúas fueron las encargadas de llevar a cabo una de las tareas más delicadas -técnica y emocionalmente- del derribo del antiguo San Mamés. Centenares de athleticzales vivieron en directo el descenso del arco de San Mamés, que, desde entonces, vive en Lezama, observador en primera línea de los partidos del primer equipo femenino y el Bilbao Athletic.

El derribo

Semanas antes había comenzado el derribo de las tribunas, 'saqueadas' tras el último partido por muchos socios y socias que se negaban a abandonar su asiento, a dejar atrás toda una vida de amor a un equipo. No pocos fueron arrancados del hormigón para lucir todavía hoy en los pequeños museos rojiblancos que hay en muchas casas de Bizkaia. También el césped, la cartelería que indicaba la ubicación de los distintos sectores, los tablones de publicidad... Incluso en días posteriores hubo quienes, martillo en mano, trataron de hacerse con un pedazo de pared. Todo valía como recuerdo de La Catedral.

Para entonces ya habían transcurrido tres años desde la colocación de la primera piedra de la nueva casa del Athletic. Fue el 26 de mayo de 2010. En ese tiempo, el nuevo estadio se fue construyendo sobre el solar de la antigua feria de muestras. Primero se levantaron las gradas laterales y uno de los fondos. Una vez concluida esa fase inicial, llegó el momento de la mudanza.

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El año de la lona

Claro que levantar el nuevo San Mamés en el mismo lugar no fue sencillo. Durante la primera temporada, al campo le faltaba el fondo sur. Una enorme lona de tela de color rojo, con el nombre San Mamés en letras blancas, cerraba artificialmente el campo en la zona donde ahora está ubicada la explanada principal del campo.

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¿Cómo decidió el Athletic qué era mejor, si comenzar o terminar atacando sobre un fondo inexistente? Lo explicó Ernesto Valverde: "Lo hablamos, estuvimos contrastando estadísticas con algún campo parecido, como Vallecas, para ver qué nos interesaba más, y pensamos que nos convenía más atacar a la de la lona primero y después a la otra".

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Charles hizo historia

El ritmo de trabajo cumplió los plazos establecidos, pero aún así el Athletic tuvo que comenzar la temporada 'exiliado'. Disputó su primer partido como local, ante Osasuna, en Anoeta; y en la cuarta jornada llegó el estreno de su nuevo hogar. Con el Celta como visitante, los rojiblancos abrieron las puertas al fútbol en el nuevo San Mamés con una victoria por tres goles a dos. San José, Iraola y Beñat marcaron para el Athletic; Charles y Santi Mina lo hicieron para los gallegos.

Pero el honor de abrir el marcador, de marcar el primer gol oficial en la historia del nuevo San Mamés, fue para Charles. "Primero metí el gol y luego fallé por primera vez un penalti", recuerda una década después en conversación con Radio Bilbao. "Es un contraataque en el que el pase me lo da Rafinha, yo me quedo solo ante Iago Herrerín y desde el borde del área, marco", relata.