Tropezón txuri-urdin en la misma piedra

San Sebastián

Tendrá que hacérselo mirar la Real Sociedad cuando vuelve a tropezar en la misma piedra con el Celta de Vigo. Igual que en la primera jornada, se adelantó antes del descanso, con gol de Barrenetxea, después de una soberbia acción de Kubo, Igual que en la primera jornada jugó con fuego con el marcador toda la segunda parte. Igual que en la primera jornada, se dejó empatar al final, esta vez en el descuento, con gol de Mingueza, al cazar un rechace en el ares pequeña. Dos jornadas, mismo guión, sólo dos puntos sumados en casa, y cuatro que han volado de idéntica forma. Sí, definitivamente debe hacérselo mirar. Más que nada, porque es pronto para poder corregirlo. Y el Celta, mientras tanto, rescató un punto sobre la bocina, después de reaccionar muy bien en la segunda parte al pasar a jugar con tres centrales, en lo que puede ser un interesante punto de partida de este proyecto de Benítez en el año del centenario del club vigués.

En la primera parte, la Real Sociedad y el Celta de Vigo empezaron con las fuerzas muy igualadas, pero con los donostiarras llevando más la batuta, mientras los vigueses apostaban sus opciones a las contras rápidas que protagonizaba Bamba desde la banda izquierda. Pero estaba mejor colocado el conjunto donostiarra, que agobiaba a los celtiñas con su buena presión tras pérdida. Gracias a ese trabajo, la Real embotelló al Celta en su campo y fue capaz de generar ocasiones claras para adelantarse en el marcador. Llegó, como no, con una estupenda acción de Take Kubo, que ha empezado la temporada eléctrico. Se marchó con mucha calidad de Manu Sánchez para pisar línea de fondo y poner un centro a la cabeza de Barrenetxea, que también estaba haciendo méritos para ser protagonista. El gol espoleó a una Real que se hizo dueña del partido, mientras el centro se encomendaba a la velocidad de Bamba y un buen disparo de Sotelo desde la frontal que se estrelló en el palo. Los donostiarras pudieron irse al descanso con más ventaja en el marcador, pero la delicatesen de Brais Mendez en la media luna se encontró con el poste cuando merecía haber acabado en gol al haber superado a Iván Villar con una sutileza maravillosa.

Se fue el partido con esa mínima ventaja al descanso y ese fue el principio del fin para la Real, y el principio de la reacción del Celta. Porque a los donostiarras les pasó lo mismo que en la primera jornada, con la diferencia de que esta vez ni siquiera fueron capaces de generar ocasiones claras para haber matado el partido. Y el Celta, cambiando de sistema, se hizo con el control del partido y empezó a llegar a cuentagotas a la portería de Remiro. No fue de manera agobiante, pero sí clara. Aunque en todo momento se encontraba con un inspirado Remiro. Pasaban los minutos, la Real no ofrecía buenas sensaciones y a lo único que se agarraba es a que el Celta tampoco llegaba con excesivo peligro. Hasta el arreón del descuento. Hasta tres intervenciones tremendas tuvo que hacer Remiro de manera consecutiva sin que su defensa estuviera bien, concediendo remates sencillos a los delanteros del Celta. Hasta que llegó el empate. Porque tanto va el cántaro a la fuente que al final acaba por romperse. Dieron tiempo a Aspas de controlar dentro del área, a Aidoo de disparar sin oposición y a Mingueza de rematar sin marcaje en el área pequeña. Empate merecido para el Celta. Castigo merecido para la Real. Y justo reparto de puntos.