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Historia | Ocio y cultura

El taller de escultura y la escuela de modelado de la Catedral Nueva

Fueron dos instalaciones primordiales, en la primera fase de la construcción de la Catedral de Maria Inmaculada entre 1907 y 1913

Vitorio-Gasteiz

La redacción del proyecto y dirección de las obras de la Catedral Nueva de Vitoria fue responsabilidad de los arquitectos Javier Luque y Julián Apraiz, el primero sevillano y el segundo vitoriano, tras haber ganado el correspondiente concurso público, al que se presentaron doce arquitectos españoles.

Los directores contaron en su plantilla con un equipo técnico y dirigente, que lo formaron en un principio: Francisco Ceballos Montenegro, aparejador; Arturo Mora Quintana y Ernesto Marcos Aláez, delineantes; Pedro Galdós, contador; Pedro Vicuña, encargado del taller; Manuel Calopa, encargado de la obra y Celestino Larrañaga, encargado de monteas y plantillas.

Ernesto Marcos, delineante, Apraiz y Luque; arquitectos y directores de la obra (Archivo de Álava)

Ernesto Marcos, delineante, Apraiz y Luque; arquitectos y directores de la obra (Archivo de Álava)

Ernesto Marcos, delineante, Apraiz y Luque; arquitectos y directores de la obra (Archivo de Álava)

Ernesto Marcos, delineante, Apraiz y Luque; arquitectos y directores de la obra (Archivo de Álava)

Se emplazó la catedral sobre un solar resultante del derribo del Convento de las Brígidas, que existió en el lugar desde 1653, que abandonaron las monjas en 1906, para dejar expedito el terreno. Se construyó un nuevo convento en la actual calle Vicente Goikoetxea, para alojar a la comunidad de religiosas..

El 4 de Agosto de 1907 se colocó la primera piedra, comenzando las obras el 1 de octubre del mismo año, procediéndose al replanteo de los cimientos, e iniciándose los trabajos de apertura de zanjas y el vaciado del espacio que ocuparía la cripta.

Para el transporte del pesado material utilizado, se instaló una red de vías “provista de los cambios y placas giratorias necesarias para la buena circulación de las vagonetas”. La red tenía una longitud de 720 metros, con 7 cambios de vía y 12 placas giratorias, disponiéndose para el transporte de 8 vagonetas basculantes a los costados, 2 volquetes y 6 vagonetas-plataforma.

Plano del emplazamiento de la catedral taller y escuela; Archivo de Álava

Plano del emplazamiento de la catedral taller y escuela; Archivo de Álava

Plano del emplazamiento de la catedral taller y escuela; Archivo de Álava

Plano del emplazamiento de la catedral taller y escuela; Archivo de Álava

El Taller de Escultura

Los modelistas, vaciadores y tallistas, en un principio realizaron sus trabajos provisionalmente bajo unas tejavanas levantadas en el propio solar. En 1908 se consideró imprescindible la construcción de un taller, externo al solar, para ejecutar los trabajos mencionados de modelado en barro, vaciado de modelos en yeso y talla en piedra.

Se optó por su proximidad como terreno adecuado para su construcción, el que había ocupado el derribado Juego de Pelota, que estaba situado en la actual calle Vicente Goikoetxea, en el espacio que hoy ocupa un parque con juegos infantiles.

Exterior del taller de escultura de Vitoria; Archivo de Álava

Exterior del taller de escultura de Vitoria; Archivo de Álava / Archivo de Álava

Exterior del taller de escultura de Vitoria; Archivo de Álava

Exterior del taller de escultura de Vitoria; Archivo de Álava / Archivo de Álava

El nuevo taller que se proyectó era de forma rectangular, con una superficie de 1.296 metros cuadrados (72x18 metros), al que se dotó de iluminación natural lateral y cenital, además de “de una instalación completa de arcos voltaicos para los días de invierno y para los casos en que fuera necesario trabajar en horas extraordinarias sin luz natural”. La edificación del taller quedó terminada para mediados de octubre de 1908, trasladándose entonces el material, herramientas y operarios al nuevo pabellón.

Para el transporte de los bloques, desde el solar al taller y viceversa, se unieron ambos por medio de una vía que, “atravesando la calle de la Magdalena, se prolongaba, bifurcada, a todo lo largo del taller, permitiendo depositar y recoger con facilidad los sillares en el punto que se deseara.”

Nos da una idea de la magnitud de la obra de la Catedral, la plantilla de empleados y operarios con que se contaba en 1910, que ascendía a un total de 389, distribuidos de esta forma: en la oficina técnica, 6; en el taller de escultura, 141; en la obra, 82; en las canteras de Pitillas (Navarra), donde se extraía la piedra, 141.

Personal de plantilla de la obra de la Catedral Nueva; Archivo de Álava

Personal de plantilla de la obra de la Catedral Nueva; Archivo de Álava

Personal de plantilla de la obra de la Catedral Nueva; Archivo de Álava

Personal de plantilla de la obra de la Catedral Nueva; Archivo de Álava

Escuela práctica de modelado y talla

Muchos vitorianos solicitaron su ingreso en el taller de escultura, donde se ejecutaban los trabajos de talla y vaciado, pero la mayoría carecía de la preparación suficiente para realizar los trabajos.

Por ello, en 1909, los directores de la obra de acuerdo con el obispo de la diócesis Cadena y Eleta, decidieron crear un escuela gratuita dedicada a la clase trabajadora y los jóvenes, sostenida económicamente por la iglesia, en el que se proporcionasen las herramientas, materiales, modelos y cuantos elementos fueran necesarios, para adquirir los conocimientos de modelado en barro, talla ornamental y escultura en piedra.

En un mes escaso se levantó en las huertas de las casas entonces con los números 11, 13 y 15 de la calle de las Cercas Bajas -hoy Vicente Goikoetxea-, un edificio destinado a tal fin, que quedó nombrado como Escuela Práctica de Modelado y Talla.

El pabellón quedó situado tras una casa, que hemos conocido hasta finales del pasado siglo, donde se encontraba la fontanería de la familia Aldama, y encajonado el edificio entre la Casa Social Católica (construida en 1912) y el nuevo Convento de las Brígidas (construido en 1909),

Se inauguró la escuela el 15 de mayo de 1909, estando la dirección a cargo de los arquitectos directores Julián Apraiz y Javier Luque, ejerciendo de profesores los artistas más destacados, que desarrollaban su trabajo en el Taller de Escultura.

Profesores de la escuela de Modelado y Talla (1913); Archivo de Álava

Profesores de la escuela de Modelado y Talla (1913); Archivo de Álava

Profesores de la escuela de Modelado y Talla (1913); Archivo de Álava

Profesores de la escuela de Modelado y Talla (1913); Archivo de Álava

Entre los profesores estaba el escultor alavés natural de Lanciego, Lorenzo Fernández de Viana Sáez de Ugarte, autor de varias esculturas y relieves de la Catedral Nueva. Otros profesores que con el tiempo adquirieron prestigio en la profesión fueron: Joan Piqué i Carbó, José Riu Domingo y Frederic Galderá Alabart.

Había dos cursos al año, de cuatro meses de duración. Las clases diarias eran de dos horas los días laborables, elegidas según las estaciones del año, de modo que los obreros pudieran asistir a ellas tras finalizar su trabajo en los talleres. Disponía la escuela de clases de modelado y talla y sala de modelado y vaciado en yeso.

Al día siguiente de la inauguración comenzaron las clases. En el primer curso, se contaba con ocho profesores, 30 alumnos admitidos como numerarios, 10 más como supernumerarios y 21 como suplentes, que irían ocupando las vacantes que se produjeran. El local tenía capacidad suficiente para 62 alumnos.

Tras asimilar los conocimientos necesarios, los alumnos de la escuela pasaban a formar parte de la plantilla de operaros. Tenemos el dato de que en 1912, dieciocho alumnos de esta escuela, por los conocimientos en ella adquiridos, prestaban sus servicios escultóricos, para la Nueva Catedral.

Clase de talla en piedra en la escuela de Modelado y Talla (1913); Archivo de Álava

Clase de talla en piedra en la escuela de Modelado y Talla (1913); Archivo de Álava

Clase de talla en piedra en la escuela de Modelado y Talla (1913); Archivo de Álava

Clase de talla en piedra en la escuela de Modelado y Talla (1913); Archivo de Álava

Por no extendernos en demasía, citaremos entre los alumnos de los primeros cursos impartidos, a dos de ellos. Daniel González Ruiz, que tenía 16 años cuando ingreso en la escuela, era natural de Cervera del Rio Alhama (La Rioja), siendo con el tiempo un famoso escultor. Trabajó en la decoración escultórica en: el Palacio Episcopal de Burgos, el Palacio de Comunicaciones de Madrid, el Casino de Biarritz, el Palacio de Bendaña y el Banco de España de Bilbao. Otro aventajado alumno, Víctor Guevara Hueto (1898-1957), que comenzó a recibir clases con 14 años de edad, era hijo de un labrador del barrio del Prado de Vitoria, y recibió un premio extraordinario en 1912, en modelado en barro de figura . El notario Francisco de Ayala, “al enterarse de las excepcionales aptitudes y aplicación demostradas en el curso por Víctor, manifestó su deseo de añadir, de su peculio particular, 50 pesetas, al premio extraordinario de 75 pesetas del Sr. Obispo, que le había correspondido ese año.”

Grupo de alumnos de la escuela de Modelado y Talla (1913); Archivo de Álava

Grupo de alumnos de la escuela de Modelado y Talla (1913); Archivo de Álava

Grupo de alumnos de la escuela de Modelado y Talla (1913); Archivo de Álava

Grupo de alumnos de la escuela de Modelado y Talla (1913); Archivo de Álava

Premios logrados por la escuela

En el mes de Agosto del año 1912, el Ayuntamiento de Donostia / San Sebastián convocó un concurso para la presentación de proyectos, con el fin de levantar un monumento

conmemorativo del centenario de la destrucción de la ciudad y del cincuentenario del derribo de sus murallas.

Se presentaron cuatro proyectos, entre ellos uno de la La Escuela de Modelado y Talla de Vitoria, en el que sus profesores y alumnos modelaron dos maquetas en escayola, con el diseño que consideraban adecuado a la efemérides. El jurado calificador del concurso concedió el primer premio del certamen, dotado con 2.500 pesetas, a una de las maquetas presentadas por la escuela vitoriana.

El monumento se construyó en el parque Alderdi-Eder de la capital guipuzcoana, con ligeras modificaciones respecto a la maqueta premiada diseñada por los artistas vitorianos, siendo inaugurado con gran solemnidad, el 1 de septiembre de 1913. La escultura fue conocida como “Monumento del Centenario”.

Pasados unos años, a la ciudadanía donostiarra no le gustaba aquel mega monumento, que fue criticado con insistencia. El propio ayuntamiento que lo había erigido, ante la presión popular, aprobó desguazarlo en 1924, por lo que desapareció.

En un articulo referido al monumento en cuestión, que fue publicado por un diario guipuzcoano en 2007, con una visión retrospectiva del mismo, se le dedicó esta frase: “Pues visto así, en fotos antiguas, la verdad es que el monumento no parece tan espantoso. No menos que el de la plaza de la Virgen Blanca de Vitoria, por poner un ejemplo.” Cada uno podrá sacar sus propias conclusiones, observando la fotografía del mentado monumento.

Monumento del centenario de Donostia; gureguipuzkoa.eus

Monumento del centenario de Donostia; gureguipuzkoa.eus

Monumento del centenario de Donostia; gureguipuzkoa.eus

Monumento del centenario de Donostia; gureguipuzkoa.eus

En el mes de Mayo de 1913 se celebró en Madrid la segunda edición de la Exposición Nacional de Artes Decorativas y en ella fueron expuestos algunos de los trabajos ejecutados por los alumnos de la Escuela de Modelado y Talla. Consiguieron varios premios: una medalla, la concesión de diplomas para los profesores y menciones honoríficas remuneradas con 150 pesetas para los alumnos que más se habían distinguido en los trabajos expuestos. Los aprendices galardonados fueron los siguientes: Ignacio Ortiz, Emilio Zuluoaga, José Lopetegui, Vicente G. de San Esteban y Bernardo López.

Por parte de la dirección del Museo Nacional de Artes Industriales y Decorativas, se

solicitó a la escuela vitoriana, la donación de algunos de los trabajos expuestos, para formar parte de la sección de artes de la piedra en el museo mencionado, a lo que se accedió.

Paralización de las obras

Por la falta de dinero para la financiación de las obras de la Catedral, la plantilla de operarios fue disminuyendo paulatinamente y el 31 de Octubre de 1913 quedó despedido el escaso personal que quedaba. Unicamente continuaron, los dos arquitectos, los dos delineantes y los dos porteros que guardaban el solar. Se había trabajado durante seis años y tres meses.

Por su parte fue clausurada la Escuela de Modelado y Talla, que tanto prestigio había adquirido, y el Ayuntamiento ordenó al Obispado en 1926, que el edificio del Taller de Escultura fuera derribado por el deterioro que presentaba.

Las obras de la catedral se reanudaron en febrero de 1946, y se inauguró el templo el 24 de septiembre de 1969.

 
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