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De Pamplona a la Champions

La Real Sociedad gana con sufrimiento en El Sadar (0-2) con goles de Herrera en propia puerta y Take Kubo, y da un paso de gigante para aguantar en la cuarta plaza. Suma 58 puntos y saca 8 al quinto a falta de seis jornadas para el final.

PAMPLONA, 28/04/2023.- El atacante japonés de la Real Sociedad Take Kubo (2i) celebra su gol con sus compañeros durante el encuentro correspondiente a la jornada 32 de primera división que disputan hoy viernes en el estadio El Sadar, en Pamplona. EFE / Jesús Diges. / JESUS DIGES (EFE)

PAMPLONA, 28/04/2023.- El atacante japonés de la Real Sociedad Take Kubo (2i) celebra su gol con sus compañeros durante el encuentro correspondiente a la jornada 32 de primera división que disputan hoy viernes en el estadio El Sadar, en Pamplona. EFE / Jesús Diges.

San Sebastián

Cada jugada. Cada despeje. Cada centro. Cada disputa. Cada gol. Cada córner. Cada minuto. Cada ocasión. Cada partido. Todo cuenta en esta carrera frenética de la Real Sociedad hacia la Champions League. Por eso no hay que dar ningún balón por perdido, no regalar una carrera, no negociar un esfuerzo, no perdonar una disputa. Cada acción se encara como si fuera la última, como si ya se acabara la temporada, como si no hubiera un mañana. Pelear por un objetivo tan ambicioso exige todo eso, que es precisamente el mantra que no para de repetir a sus jugadores Imanol Alguacil. Y esa era, además, la única manera de sacar algo positivo de El Sadar.

Porque, por mucho que se repitiera una y otra vez que a Osasuna no le iba nada en este envite, la realidad iba a pintar de otro color. Nadie se creía que Jagoba Arrasate, por mucha simpatía que sienta por la Real Sociedad, iba a regalar los tres puntos, pensando únicamente en la final de Copa del 6 de mayo. Evidentemente, su foco está puesto allí, en La Cartuja, como no puede ser de otra manera. Pero no pueden dejar de competir hasta entonces, porque sería la primera forma de empezar a perder esa final contra el Real Madrid. Así que los rojillos plantearon una batalla cruda, ruda y difícil de masticar. Por eso, la Real tenía que jugar como si ya se acabara la liga en El Sadar. Porque si no peleas por cada balón como si fuera el último... estás perdido. Y lo primero que debía notarse sobre el césped era quien de verdad tenía algo en juego. Y realmente esa era la Real. No nos engañemos.

Para la Real cada partido ya es una final. Y así la debe encarar. Y así se plantó en El Sadar. Tanto que para el minutos cinco ya iba por delante en el marcador. Lo mejor para aplacar los nervios. Que eso también hay que controlarlo, porque pueden atenazarte y no está este equipo habituado a pelear cada jornada por un objetivo tan ambicioso. Con la mitad del trabajo hecho, y con Imanol demostrando que hay profundidad de banquillo, a la Real sólo le quedaba evitar que Osasuna se metiera en el partido. No conceder. No regalar ni agua. Y para eso tiene a los mejores a día de hoy. La pareja de centrales que forman Zubeldia y Le Normand es un escándalo. Igual De la Fuente, ahora que el francés le ha dicho que sí a la Selección, debería plantearse probarlos con La Roja.

Con el candado bien echado es más fácil encarar los partidos en ataque. Pero hay que aprovecharlo. Más que nada para evitar infartos. Vamos a ver si somos capaces de llegar todos vivos al final de liga. Pero esta Real no es de evitar sufrimientos. Es más de sufrir. Y lo volvió a hacer en El Sadar. Sobre todo porque Oyarzabal y Sorloth, en dos acciones en las que tenían todo a su favor, no fueron capaces de evitarlo. Tuvo que ser Take Kubo el que salir del banquillo para poner las cosas en su sitio. El japonés pedía más atrevimiento a sus compañeros, y empezó él dando ejemplo. Como debe ser. Tres acciones, una asistencia, un buena ocasión y un gol. No se puede hacer más en menos tiempo. Igual que Sorloth que resucitó en Pamplona, buena noticia para la Real.

Pasito a pasito. No hay que correr más de lo necesario. La meta está al alcance de la vista. En Pamplona se dio un paso de gigante. Pero aún queda. Y la siguiente escala se llama Real Madrid. Casi nada. Pero será en el Reale Arena, que aunque sea martes a las 22 horas (una auténtica mierda para el aficionado, parafraseando a Imanol) va a ser una caldera. Casi nada. La Champions espera a la Real diez años después. Queda el último arreón a una Real que, dicho sea de paso, parece que le va la marcha. Porque cuando más cuesta arriba se le pone el calendario es cuando mejor rendimiento da. Fíjense: enero tuvo un calendario extracargado y ha sido su mejor mes del curso, y en febrero tuvo solo un partido por semana y es cuando le llegó el bache. Y ahora, cuando llega otra tacada de cuatro partidos en once días, recupera su velocidad de crucero y es capaz de sumar dos victorias y un empate... de momento.

Roberto Ramajo

Roberto Ramajo

Entro en el grupo en 2002 como redactor de prácticas. En 2005 se incorporó a la redacción en Gipuzkoa...

 

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