Natalia y la Copa en Zubieta, una ecuación que no da resultado

San Sebastián

No hay manera. Desde que la Real Sociedad ganara la Copa de la Reina aquella inolvidable noche de mayo de 2019 en Granada, no levanta cabeza en la competición del KO. Desde entonces ha caído todos los años a las primeras de cambio, jugando curiosamente en su campo, en el Z7 de Zubieta. Es como si le hubieran echado un mal de ojo. El caso es que Natalia Arroyo y la Copa en Zubieta son una ecuación que juntas no terminan de dar un buen resultado. El equipo txuri-urdin volvió a caer eliminado a las primeras de cambio en la Copa de la Reina por cuarto año seguido, después de volver a perder en casa contra el Atlético (0-2), aunque en esta ocasión el resultado no hace justicia a los méritos de las donostiarras

Y es que las txuri urdin se han mostrado superiores desde el inicio. La mejor ocasión realista ha llegado nada más empezar el encuentro, con un remate de Jensen que se ha estrellado en el larguero. Después por medio de Gaby, con un zurdazo cruzado que se ha ido fuera por muy poco, han vuelto a estar cerca de adelantarse. Ha vulto a faltar puntería. Y la mala suerte se ha cebado con las donostiarras, cuando en la última jugada del primer tiempo ha llegado el gol del Atlético, tras un balón al espacio que Marta Cardona no ha desperdiciado en el mano a mano con Elene Lete. La impotencia de todos la expresaba Nerea Eizagirre lanzando el balón al aire llena de rabia cuando se pitaba el final del primer tiempo. Tras el descanso, la Real ha buscado con ahínco e insistencia pero sin fortuna el empate. Gaby ha estado a punto de lograrlo con un remate que se ha marchado ligeramente desviado. Y con las donostiarras volcadas en busca de ese 1-1 que estaba mereciendo, en un contragolpe y en una de las escasas llegadas de las visitantes ha llegado el segundo gol, obra de Ajibade, tras rematar desde dentro del área un centro de Banini desde la derecha. La eliminatoria se ha puesto muy cuesta arriba, pero las realistas lo han intentado hasta el final. El dominio y las continuas llegadas han sido realistas, pero sin generar ya tanto peligro. La Copa vuelve a esfumarse a las primeras de cambio. Ahora toca seguir centradas en la liga, y soñar con la Supercopa.