Bilbao

Octubre era la prueba de fuego. El Athletic, que había comenzado la temporada con unos números magníficos, afrontaba el presente mes como un reto. Tras los rivales más sencillos y una mayoría de partidos como local, los rojiblancos encaraban un tramo de competición más complicado.

Sevilla y Atlético, dos malos resultados

La primera piedra era el Sevilla, que recibía al Athletic abriendo el mes convertido en un polvorín. La destitución de Lopetegi y la llegada de Sampaoli en plena crisis de resultados no fueron suficientes para que los leones consiguieran retener el triunfo. Salvaron un punto en un partido con poca puntería y que terminó con la victoria del Sevilla muy cerca de convertirse en realidad.

Días después, el segundo rival, el Atlético de Madrid, visitaba San Mamés también envuelto en más de una polémica. En lo puramente deportivo, el último precedente era una derrota en Champions que había dejado con mal sabor de boca a la afición colchonera. De puertas para adentro, el caso Joao Félix también atormentaba a los del Cholo.

Un punto de los últimos seis

Sin embargo, la derrota ante el Atlético, otra vez con gol de Griezmann, y el previo empate en el Sánchez-Pizjuán han sacado de golpe al Athletic de los primeros cuatro lugares de la clasificación. Solo un punto sumado por los de Valverde en dos jornadas se antoja insuficiente para seguir el ritmo de los de arriba.

Y la semana que se abre no se antoja precisamente sencilla. Llegan dos citas lejos de Bilbao: la primera, el martes en Getafe; la segunda, el domingo en el Camp Nou. Deberá conseguir el equipo algo más que en los dos últimos partidos si quiere aspirar a recuperar o, al menos, mantener el pulso europeo en La Liga.

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