Perros detectores: deporte y terapia

Vitoria

La detección en el mundo canino es una disciplina con diversas vertientes. Se trata de una actividad de esparcimiento que tiene una componente deportiva y de competición y también es una herramienta muy interesante para tratar problemas de miedos, traumas o desequilibrios en los comportamientos de los perros.

Y es que el olfato es un sentido clave, el más importante de los perros. Lo afirma Marcos Cebrián, de Kultura Kanina y miembro y juez de la Liga de Clubes de Perros Detectores. Explica que si se ayuda a estos animales a desarrollar esa habilidad innata que ya tienen, se consigue que perciban más información a través de la nariz y eso, el tener más información sobre lo que ocurre a su alrededor, permite que se sientan más seguros y equilibren sus conductas, condicionadas en gran medida por la vista o el oído.

Este ejercicio olfativo es, además, un gran sustitutivo de las rutinas más físicas y, por lo tanto, permite ejercitarse de otra forma a canes que tengan algún problema de salud que les impida, por ejemplo, andar mucho o correr. De hecho, un trabajo eficiente de 15 minutos de detección equivale a hora y media de trabajo físico.

Todos los perros pueden jugar a detectar, pero no todos podrán subirse al podio en una competición, aunque en los campeonatos de la Liga también participan aquellos que practican la detección como terapia. En la evolución de sus cualidades como detectores juega un papel determinante su guía; el vínculo y la comunicación que se establece entre el humano y el perro es fundamental.

Algunos de los animales que destacan en esta destreza suelen encaminarse a la búsqueda de personas y últimamente, cuenta Marcos, a labores de conservación medioambiental. Son los denominados perros ecodetectores, que se utilizan para en tareas para determinar la mortalidad de murciélagos o la presencia de avispa asiática.

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El campeonato en Álava

El fin de semana del 14 y 15 de mayo, en las instalaciones del Centro Comercial Gorbeia se van a dar cita perros y guías de diversos puntos de España que participarán en la primera prueba valedera para el campeonato nacional. Cebrián destaca que el ambiente es muy lúdico y que prima el compañerismo sobre la rivalidad.

En la competición existen diferentes grados. Los perros tienen que ir hallando en escenarios cada vez más complicados -de paquetería, vehículos e interiores- diferentes sustancias que se han escondido. Además, se colocan otras 4 distractoras. Tienen que seguir unas pautas muy determinadas para registrar el lugar y marcar el punto en el que se encuentra la sustancia; se trata de aceites esenciales: salvia, verbena y espliego que, dependiendo del nivel de dificultad, se disponen en recipientes más o menos herméticos, para dificultar la emanación del olor.

Junto al campeonato, se han previsto otras actividades, como la recogida de comida solidaria para perros en beneficio de la protectora APASOS.