Manolo Perdigones
La firma de Ángel Revaliente
Angel Revaliente es articulista de Radio Jerez Cadena SER / Radio Jerez Cadena SER
Jerez de la Frontera
Dentro del batiburrillo de noticias que se ha producido este mes de enero alrededor del Xerez Club Deportivo, con salidas de jugadores importantes, con aplazamientos de partidos, con pagos previstos, de reuniones con la Delegación de Deportes, con la vista puesta en un partido próximo que recordará tiempos mejores para ambos contendientes o con campaña de socios que podía haber ido mejor de no ser por ese parón de casi cuarenta días de la actividad copmpetitivo, me quiero quedar con la del nombramiento de Manolo Perdigones como entrenador del equipo juvenil, no solo por lo que el nombre de García Perdigones representa dentro de la entidad sino por lo que significa de recuperar a una persona que jamás debió salir de la misma y que si lo hizo, más bien le abrieron la puerta, fue por ser honesto, consecuente con sus pensamientos y por decir en su momento lo que pensaba cuando se le dio el cese a un técnico que él entendía que, por trabajo y conocimientos, debería haber continuado.
Manolo Perdigones en su etapa de jugador del Xerez CD / Radio Jerez Cadena SER
Manolo Perdigones en su etapa de jugador del Xerez CD / Radio Jerez Cadena SER
Pero eso es tiempo pasado, época que habla de un ascenso a Segunda B, con gente de casa, de estar luchando por la permanencia después en Segunda en una guerra donde se iba con tirachinas cuando otros lo hacían con cañones y también h de esos años donde el niño que destacaba en el ya extinto Juventud Católica Deportiva se comenzó a hacer hombre con la elástica azul xerecista defendiendo la parcela izquierda de la zaga con pundonor, con profesionalidad,a pesar de los muchos problemas económicos, con encierro incluido, que tuvo que soportar, porque la dificultad crematística ha sido una constante en la sociedad que naciese en 1947, tanto como corporación deportiva como sociedad anónima, pero dando siempre no todo lo que podía, sino algo más ya que estuvo a punto de perder un ojo en el viejo Almarjal de Cartagena cuando la bota de su compañero Botubot impactó en uno de sus ojos cuando ambos intentaban el despeje de un esférico que buscaba el camino del gol. Luego llegaría la retirada, no esperada, porque la visión no recuperó como debiese, y su entrada como delegado de equipo y después su paso al campo como segundo entrenador.
Fiel a su escudo, en las buenas y en las malas, buena gente fuera del campo y dentro de él, aunque ahí no conocía a nadie, se mantuvo hasta la campañá 1997/98. Muchos años, demasiados, fuera para alguien que es un ejemplo a seguir y que, seguro, firmará un trabajo magnífico no solo como educador sino como entrenador en un juvenil que no atraviesa su mejor momento deportivo.
Manolo Perdigones en el club Nazaret / Radio Jerez Cadena SER
Manolo Perdigones en el club Nazaret / Radio Jerez Cadena SER
Recuperar emblemas como Perdigones debe ser una constante en una institución que debería conseguir que los veteranos de siempre estén presentes en las gradas y que los que, ahora mismo, defienden el escudo miren y los vean y se sientan empujados a dar lo mejor de sí mismos, se hayan ido los que sean, se queden los que se hayan querido quedar, en pos de un club que ha pasado muy malos trances, también muy buenos, y que está por encima de todo y de todos.
Y es que llegan momentos complejos en esta campaña, pero los que salgan cada partido deben dar el doscientos por ciento porque defienden no solo a un club sino a una historia viva de la ciudad. Igual que la defendió Manolo Perdigones, que vuelve a la que siempre fue su casa, o el mismo Juan Pedro que de lo que es y representa el club puede hablar mucho en los vestuarios.
