Un grupo de vecinos de Tavernes pagará un muro para evitar que el mar derrumbe sus viviendas

Tavernes de la Valldigna

Damos todo el peso informativo en nuestra portada a una cuestión que trae de cabeza a los propietarios de inmuebles en la playa de la Goleta, y decimos "playa", a pesar de que la regresión ha hecho desaparecer toda la arena de la zona. Le ponemos nombre y apellidos a esta "tragedia" medioambiental que afecta a bienes privados.

Ha dejado de ser noticia. Ya no es algo extraordinario, sino lo habitual: las olas del mar golpean a diario las propiedades de primera línea en la playa de la Goleta, en Tavernes, y son muchos los inmuebles que esperan el irremediable avance del mar para desaparecer definitivamente bajo el agua.

Lejos de los despachos, de los ministerios con poder para tomar cartas en el asunto, quedan los vecinos afectados, que deben decidir si invierten mucho dinero para intentar poner puertas al mar, para evitar que sus propiedades se derrumben y que incluso acaben afectando a terceros.

Para evitar responsabilidades con transeúntes y para proteger un edificio que parece estar sentenciado, los vecinos de la finca del Camino Real se han agrupado y van a iniciar la construcción de un muro, que costará unos 400.000 euros y que van a pagar de su bolsillo, con el que esperan ganar tiempo y parar lo que parece irreversible, tal y como nos lo ha contado María Gómez, presidenta de esta comunidad de vecinos.

El edificio de Camino Real es solo un ejemplo más de cómo están las propiedades de lo que en su día fue una playa, que en breve pasarán a ser consideradas como "bienes sumergidos", con lo que ello comporta a nivel de coberturas de seguros.

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