El adiós más difícil de Lombi

Vigo

A cabezona no le gana nadie y se ha dejado cuerpo y alma por cumplir su sueño. Un sueño que hoy termina para Anair Lomba. Las lesiones, las tan dolorosas lesiones que le han acompañado en toda su carrera y que siempre ha superado, son las que ahora le hacen decir adiós. "He logrado evitar tantas veces este momento que llegué a pensar que lo conseguiría". Así empezaba una emocionada Lombi su discurso de despedida "en mi batalla permanente contra mi rodilla ha vuelto a ganar ella".

Hace unas semanas, en un entrenamiento volvió a lesionarse. Se rompió el cartílago y parte del menisco que le quedaba "quien me iba a decir que después de tantas luchas no sería mi cruzado el que me retiraría".  Anair lleva años luchando contra los dolores de sus rodillas, a base de pastillas e infiltraciones pero realizando lo que más le gusta en la vida, su deporte, el fútbol y en el Espanyol donde encontró un hogar y que tiene ahora parte de su corazón "no imaginaba que sería así,  no imaginaba que no sería en el campo con mis compañeras, luchando por un ascenso que me obsesiona desde hace medio año". Se va Lombi con una herida abierta "que me ha robado lágrimas y horas de sueño como nadie se puede imaginar". Por eso le pide a sus compañeras que le ayuden a cerrarla. La guardesa deja el fútbol pero se lleva el cariño de todos los pericos y de su tierra, que abandonó siendo una niña  para cumplir un sueño, que finaliza antes de tiempo para ella.