Superhéroes sin capa

No hay ley de presupuestos que no nos de un disgusto a los contribuyentes. Este año el virus se está comiendo el resto de las noticias, pero las novedades que se avecinan, sobre todo para los sufridos autónomos, no son muy halagüeñas. Comenzando porque, a pesar de que muchos de ellos siguen sufriendo los efectos de la pandemia en sus ingresos, han vuelto a subirles la cuota de seguridad social. El incremento no es que sea mucho, pero cae sobre quienes en muchos casos todavía no han podido recuperar su actividad normal y por tanto sus ingresos.

Pero no es el único cambio que se les avecina, porque hace unos días el ministro Escrivá ha presentado el proyecto de reforma de su régimen de seguridad social, con la idea de que en lugar de elegir su base de cotización, como hacen actualmente, la tendrán asignada obligatoriamente según sus ingresos. La idea es que la cuota mínima sea más baja que la actual para los que tienen unos ingresos de menos de 600 euros, y que esa cuota vaya aumentando conforme los ingresos sean más altos. Pero ojo, que esa cuota mínima será para los que tengan unos ingresos de menos de 600 euros. En cuanto los ingresos mensuales sean de 1125 o más, la cuota que deberán pagar en 2023 ya será más alta que la mínima actual. Y estamos hablando de los ingresos, no del rendimiento.

Es cierto que el régimen de autónomos necesita una reforma porque, al estar la mayoría de ellos cotizando por la base mínima, la protección que tienen es también mínima. Pero no creo que sea el momento de plantear esta reforma que supone aumentarles de hecho las cotizaciones, cuando hay tantos que están ahogados. Los autónomos son auténticos superhéroes y superheroínas que están salvando la economía de nuestro país y se merecen que el Estado les mime en lugar de ponérselo cada día más difícil.