Colmenar Viejo destina casi medio millón de euros para mejorar hasta 10 caminos rurales
Se ha adjudicado el plan de estabilización del firme de caminos rurales con el que se va a mejorar 163.000 metros cuadrados a partir del mes de febrero
Alcobendas
El Ayuntamiento de Colmenar Viejo ha anunciado la adjudicación del plan de estabilización del firme de caminos rurales, unas actuaciones que están destinadas a mejorar 163.000 metros cuadrados en el trazado de diez caminos del municipio y que cuenta con una inversión de 477.345 euros. Los técnicos han estimado en cinco semanas la duración de las obras y el arranque está previsto en febrero.
Los diez caminos a tratar con esta inversión son: Camino del Pardo (26.000 m2), Camino de Valdeolivas (16.500 m2), Camino de Las Pueblas (35.000 m2), Huella de San Isidro (7.000 m2), Camino Alto de Pedrezuela (24.500 m2), Camino Bajo de Pedrezuela (13.500 m2) y Camino de Tejada (15.000 m2).
Para la ejecución de los trabajos, se contará con un camión cisterna o tractor con cuba, una máquina estabilizadora/recicladora, una motoniveladora y un rodillo compactador. La máquina estabilizadora a emplear será una Wirtgen o similar, adecuada para reciclaje de capas de asfalto dañadas y estabilización de suelos mediante reciclado en frío. La máquina granulará el terreno con rotor de fresado y mezclará en su caso la capa existente en ese momento con el cemento aportado.
El proceso a seguir en las intervenciones comienza el día anterior, se regará todo el trazado del camino y se ejecutará un escarificado con máquina hasta una profundidad media de 20 cm en todos aquellos tramos en los que sea posible. En aquellos puntos en los que el actual camino carece de material, no ha podido escarificarse o en los que la capa es inferior a los 20 cm, se adicionará zahorra artificial de 40 mm de granulometría hasta llegar al espesor fijado.
El siguiente paso será perfilar y nivelar el camino con motoniveladora, compactando su superficie al 95% y completando la humedad que sea necesaria con un mayor aporte de agua.
Una vez comprobada la superficie de asiento de cada tongada, se procederá a la extensión de ésta. El material será extendido tomando las precauciones necesarias para evitar su segregación o contaminación, en tongadas de espesor lo suficientemente reducido para que, con los medios disponibles, se obtengan en todo el espesor el grado de compactación exigido. Después de extendida la tongada, se procederá de nuevo, si es preciso, a su humectación. El contenido óptimo de humedad se determinará en obra. En el caso de que sea preciso añadir agua, esta operación se efectuará de forma que la humectación de los materiales sea uniforme. Cuando la humedad natural del material sea excesiva, se tomarán las medidas adecuadas, para conseguir la compactación prevista, pudiéndose proceder a la desecación por oreo, o a la adición y mezcla de materiales secos o sustancias apropiadas.
Conseguida la humectación más conveniente, se procederá a la compactación de la tongada, que se efectuará longitudinalmente; comenzando por los bordes exteriores, progresando hacia el centro y solapándose en cada recorrido un ancho no inferior a un tercio del elemento compactador. En los tramos en que la estabilización del firme se va a reforzar añadiendo cemento, este se añadirá tras la escarificación de la capa de 20 cm de zahorra o se incorporará con la adición de la nueva.