La botella medio llena

Asturias

Con una persona contagiada por coronavirus en la región cada 45 segundos y con las empresas diezmadas por un tsunami de bajas laborales resulta difícil ver algo de luz en este túnel, perdón agujero negro, de la pandemia, que ya lleva dos años machacándonos. Sin embargo, hoy quiero ver la botella medio llena. Tal vez porque mañana vienen los Reyes, los de verdad, y confío mucho en la generosidad de mi buen Rey Melchor, pero el caso es que me siento optimista. La vacunación va viento en popa y está evitando una auténtica masacre. Es más, está convirtiendo a la sexta ola en una especie de gripe fuerte para la mayoría de las personas, de forma que incluso parece que desde las altas esferas de la política y la ciencia se aboga por un contagio masivo y escalonado en busca de la inmunidad de rebaño. Que me gusta a mí mucho eso del rebaño. Es más, hasta el doctor Cavadas, que de esto sabe un rato, aventura que la mascarilla será opcional el próximo otoño. Así que quedémonos con la esperanza de que omicron es el principio del fin. La vuelta a clase presencial de los niños el próximo lunes ayudará sin duda a normalizar el ambiente, que durante enero será duro, ya que pagaremos los excesos navideños, y no solo con más kilos, ya que se espera un aluvión de contagios tras el fin de año y las cabalgatas. Pero, insisto, quedémonos con que es el final. Y para alegrón las cifras del paro de hoy con una caída a nivel nacional de tal calibre que se recuperan las cifras de antes de la pandemia, con 17.272 parados menos en Asturias que hace un año, aunque la lacra de la falta de trabajo no hay que olvidar que afecta a más de tres millones de personas en nuestro país. Comienzo el año con optimismo, a pesar de mi sportinguismo, pero asumo ya que este asunto no tiene solución, y quiero compartir con ustedes un canto de esperanza en este nuevo año que parece haber comenzado con buen pie, que ya tocaba. Así, que felices Reyes y, por favor, vean la botella medio llena. Ayuda mucho.