Ridículo, "madriditis" y otras

Jerez de la Frontera

El ridículo de la UEFA en el sorteo de octavos de final de la Champions League no ha tenido precedentes ni parece que pueda tener continuación, ya que fue de una magnitud que no se corresponde con el dineral que mueve la organización que dirige el fútbol europeo ni con los profesionales, bien remunerados, mejor pagados, que viven al calor de una multinacional como es esta que se ha desarrollado al calor de un balón redondo.

Pero con ser grotesco lo del citado organismo no lo fue menos la reacción de la mayoría de los medios informativos deportivos nacionales, a pesar de que me eche tierra encima, con el tema de la repetición del emparejamiento de equipos y la manipulación para que no se le tocase el rival al Real Madrid, porque en teoría el Benfica era un contricante "asequible". La "madriditis" en el país futbolero alcanza unos límites que entiendo no le hace bien alguno a la competición doméstica, ya que se observa, por ejemplo, en las retransmisiones donde los comentaristas, profesionales que han sido de darle patadas al esférico, se centran en exclusividad en lo que tienen que hacer los blancos madrileños para ganar sin referirse nunca al otro equipo en contienda, con lo que dejan de lado a la hinchada correspondiente. Igual que dejaron de lado al Villarreal cuando le tocó en suerte el Manchester United, que no podía, y luego el City. En ese momento se deberían haber alzado todas las voces porque el sorteo estaba manipulado.

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No se puede esconder al United y sacar al City. Una manipulación a los ojos de todo el mundo, que parece que pasó inadvertida, porque lo que le ocurra a un equipo que es un ejemplo de trabajo, de organización y de bien hacer importa poco o nada comparado con el cuadro que dirige, a su manera, Florentino y que solo mira por su bien y no por el del fútbol en general. Luego se dio el disparate también con el Atlético de Madrid, cuando ya el sorteo se debería haber paralizado, y posteriormente las lógicas impugnaciones y la repetición donde se abogaba por bolas frías y calientes para que a los de Ancelotti no le tocase unh "coco" como presumiblemente puede ser el París que dirige Pochettino, aunque entiendo que es una eliminatoria que, más allá del morbo, tiene el color del equipo del Bernabeu.

Son las cosas de este fútbol de nuestras culpas y nuestros pecados que únicamente interesa a nivel de la élite ya que no se comprende que gente que llegó a Primera desde el barro, como todos, se muestren extrañados del poderío físico de un equipo como el Andraxt balear que le plantó cara al Sevilla, sin saber que esos futbolistas eran tan profesionales como los del cuadro hispalense, aunque bastante peor pagados, que se levantan por la mañana y entrenan como lo hacen los de Lopetegui, que tienen su preparador físico, que juegan en una división, la Segunda RFEF, donde salvo excepciones casi todos los jugadores viven de su profesión futbolística, aunque sean mileuristas como otros tanto millones de españoles, y que por tanto pueden y deben estar al mismo nivel físico que sus rivales y tienen elementos que juegan en esa división porque no todos pueden estar en Primera pero que, en algunos casos, si la fortuna les hubiese sonreido, podían estar al mismo nivel que los Munir o Rafa Mir por poner un ejemplo e, incluso, ese cuadro mallorquín tiene chavales muy jóvenes, como Carlos, que pueden estar más pronto que tarde en superior categoría.

Creo que las retransmisiones hay que dignificarlas y hay que respetar a todos los equipos por igual, estén en la categoría que estén, y se llamen como se llamen y más si como el Villarreal son un espejo de gestión donde mirarse.

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