Por favor, no alimenten al monstruo
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El comentario de Ana Castaño en 'La Ventana de Asturias' (10/12/2021)
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Asturias
Cada vez que se da más credibilidad a una red social que a la noticia aparecida en un medio de comunicación.
Siempre que lo afirmado en la barra de un bar adquiere categoría de verdad y se sitúa al mismo nivel que las opiniones emitidas por expertos.
Cuando el comentario de una compañera de trabajo o del vecino tiene el mismo reconocimiento que el fruto del trabajo de investigación de un periodista.
Si se da por buenas, sin más, afirmaciones como: todos los políticos son iguales, van a lo suyo o solo buscan su interés...
Al aplaudir al empresario de éxito que ha acumulado su fortuna elevándose sobre el trabajo de sus empleados y, al mismo tiempo, criticar el precio del bolso de una ministra.
Cuando se desprecia la función del parlamento o de otras instituciones democráticas.
Cada vez que, por ejemplo, sin ningún matiz, sin levantar la vista y ver qué está pasando en otras Comunidades se dice que atención sanitaria en Asturias es pésima...
Cada vez que sucede esto...
Algunos sonríen, festejan y celebran, son los Abascal, Monasterio, y toda la caterva que les acompaña. No se engañen, no solo se presentan envueltos en banderas y soltando soflamas patrioteras y xenófobas, ahí se les ve venir; pero además se alimentan de la desinformación, la exageración, la mentira y de ese ambiente de descontento indeterminado, de cabreo generalizado, al que hago referencia, que es un excelente caldo de cultivo para el crecimiento del discurso de la extrema derecha.
No niego que haya razones para que la decepción, no cuestiono la indignación puntual ante una hecho concreto, reconozco que en muchas ocasiones la actuación de ciertos políticos, de todos los colores, puede enfadar y cabrear al personal y no creo, por supuesto, que de la extensión de este clima haya que culpar, sin más, a la ciudadanía, son muchas los motivos que explican por qué hemos llegado a esta situación.
Pero sería deseable que, al menos de vez en cuando, el sosiego y la razón guiara nuestro proceder, porque de lo contrario, si se sigue alimentando al monstruo, tal vez este acabe por devorarnos.