La doble cara de la campaña citrícola: Mandarinas bien y naranjas mal

Valencia

AVA y la Unió de Llauradors clavan el balance de lo que llevamos de campaña citrícola. Lo definen con una palabra, regular, y ambos subrayan que mientras las naranjas van muy mal y no hay visos de que la cosa mejore en la segunda parte de la campaña, en cítricos de pequeño calibre, en mandarinas, la cosa va bastante mejor.

Un comienzo tardío de la campaña, un menor calibre y la saturación del mercado con naranjas Valencia Late sudafricanas, han provocado que el precio del kilo de naranjas en el campo se mueva entre los 15 y los 18 céntimos. Muy por debajo del coste de producción situado en 25 céntimos kilo, explica desde la Unió de Llaurados, Carles Peris. Sin embargo, la moneda se da la vuelta cuando hablamos de mandarinas. Aquí, una producción más corta se compensa con un aumento del precio.

Y desde la Asociación Valenciana de Agricultores, su director, Jenaro Aviñó, explica la razón de la mala campaña de las naranjas. La primera parte de la campaña citrícola de aquí coincide con la campaña sudafricana. Desde allí pueden enviar cítricos hasta el 30 de noviembre. Esas naranjas llenan las cámaras y al entrar en competencia con las naranjas de aquí provocan que los precios se desplomen. En la segunda parte de la campaña el competidor es Egipto y el dibujo será parecido.

Ambos coinciden en que solo mediante una ley de la cadena alimentaria que marque un precio mínimo se podrían evitar estas crisis de precios que se ven agravadas por la actitud de la gran distribución. Aquí las asociaciones agrarias distinguen entre las grandes cadenas europeas a las que han denunciado este año por vender a pérdidas. Y estas han mostrado su intención de evitarlo en el futuro. Mientras, las grandes cadenas valencianas sí que apuestan por el producto de aquí sin renunciar al producto de fuera.