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Convivir con hijos no biológicos: "El limbo judicial de las nuevas familias"

El cortometraje Imposible decirte adiós, producido por HARRY y dirigido por Yolanda Centeno, plantea la difícil situación de los hijos menores que conviven con una pareja donde solo uno es el progenitor

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Madrid

Los juristas tienen muchas dificultades para poder interpretar normas cuando se trata de la custodia y los derechos de los niños. El cortometraje Imposible decirte adiós, producido por HARRY y dirigido por Yolanda Centeno, plantea la difícil situación de los hijos menores que conviven con una pareja donde solo uno es el progenitor. Un problema social actual, de ámbito universal: ¿Tienen algún derecho los padres no biológicos que llevan años criando a unos niños como si fueran sus propios hijos? ¿Qué sucede si después la pareja se separa?

El núcleo familiar ha evolucionado mucho en las últimas décadas, dando lugar a nuevas formas de familias y relaciones interfamiliares. Es cada vez más habitual que en una pareja convivan hijos que no son comunes, un hecho que provoca situaciones que el legislador desentiende por la dificultad que conlleva concretar los derechos y los deberes que tanto el conviviente como los menores tienen entre ellos.

Imposible decirte adiós, seleccionado y premiado en algunos de los más importantes festivales nacionales e internacionales, y que ha contado con el apoyo de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, refleja una realidad sobre la que aún queda mucho por definir. Una historia que ha llamado la atención de psicólogos y abogados de familia, que creen necesario concienciar a los jueces, porque, al final, los principales afectados son los menores.

El prejuicio social de las "madrastras"

Yolanda Centeno, la directora del cortometraje, conoce bien el tema, porque vive desde hace 5 años junto a su pareja y los hijos de la misma, de 15 y 10 años actualmente. De hecho, fue el niño pequeño quien disparó en ella una profunda reflexión cuando una noche, al ir a acostarle, le preguntó qué pasaría si algún día su padre y ella se separasen. "Es entonces cuando te das cuenta de que, aunque quieras a esos niños como si fueran tuyos, no existe un derecho claro que proteja tu relación con ellos¨, comenta la directora.

"Y es que en términos legales, no eres más que un allegado, y para un juez siempre va a resultar muy complicado anteponer los sentimientos a un vínculo sanguíneo". Una lógica resistencia en la que, si profundizamos, podríamos hablar hasta de un prejuicio social ante las madrastras y los padrastos, personas a las que en muchas ocasiones se cuestiona hasta su legitimidad para estar ahí, y tienen que cargar con un halo de impostura.

"Es triste, pero hasta el mundo de la ficción ha hecho su trabajo para endosar unas etiquetas negativas a estas figuras, convirtiéndolos siempre en los malos de la película, como en las películas de Disney", dice Yolanda. "Y no dejamos de ser personas que aterrizamos en composiciones familiares ya creadas y, a la dificultad de tener que ganarnos nuestro espacio, tenemos que pelear también por que se reconozca legalmente nuestros derechos para proteger la relación que mantenemos con los que consideramos nuestros hijos, aunque no compartamos ADN".

Cuando pesa más el afecto que la genética: ¿Cómo se regula?

A la vista de las nuevas relaciones familiares parece urgente y totalmente necesario, consultar e involucrar a psicólogos infantiles y a abogados de familia, e indagar en las escasas sentencias que existen en España sobre los derechos de los convivientes, para poder seguir en contacto con el menor en caso de separación.

Es un hecho el limbo judicial en el que se encuentran los padres que conviven con hijos no biológicos. Así lo reconoce la abogada experta en derechos de familia, Marisa Narros. "Hay que ser sinceros. Ahora mismo con la ley en la mano no se puede hacer nada. No hay nada desarrollado. Tenemos un vacio legal, pero yo creo que es porque es un nuevo modelo a instaurarse. Se necesita jurisprudencia", explica la letrada que sí hace hincapié en que hay más derechos consolidados en el caso de muerte, cuando falta un progenitor y la pareja de uno de los padres biológicos se corresponsabiliza del cuidado de los menores.

El cine como punta de lanza

Normalmente el cine es avanzadilla de la realidad. Plantea una situación que al final acaba regulándose, como ocurrió con la pelicula Mar Adentro y el tema de la eutanasia. Ahora es el corto Imposible decirte adiós, que tendrá continuidad y desenlace en el largometraje Tras el verano, el que planteará una situación familiar desprotegida juridícamente. Es una historia que pone sobre la mesa un necesario debate sobre qué es más importante: si los sentimientos o el ADN, visibilizando la figura de madrastras y padrastros, a los que la sociedad y las leyes no terminan de legitimar.

Da visibilidad a las familias "reconstituidas" que son una realidad presente en nuestro día a día y que no habían sido representadas anteriormente en la gran pantalla. La película, que verá la luz el próximo año, es el primer largometraje de la joven cineasta jerezana, Yolanda Centeno, una de las diez directoras a seguir según la revista Variety en la lista publicada en Cannes este año.

 
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