Provocar el caos a posta
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Comentario Marisol Delgado 15.11.21
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Asturias
Ocurrió en Chile. Era octubre de 1972. Durante varias semanas la Patronal del Transporte de aquel país organizó un paro que acabó provocando el desabastecimiento de alimentos y que afectó fuertemente a la economía del país. No hacía ni dos años que Salvador Allende y su Unión Popular habían sido elegidos democráticamente para presidir el gobierno. En ese momento la derecha, las clases dirigentes iniciaron una ofensiva para que el legítimo Gobierno no pudiera implementar las reformas políticas, económicas y sociales que llevaban en su programa y por las cuales habían sido votados. Ya en 1971 la llamada "marcha de las cacerolas vacías" pretendía sembrar el descontento y el caos. Y seguro no es necesario recordarles que sería en 1973 cuando se instalaría la sangrienta y abominable dictadura de Pinochet.
Caceroladas, paros de la Patronal del Transporte... Nos va sonando, ¿verdad?
Andamos ahora mismo con paros del transporte en esta España nuestra. Y, aunque tendrían muchos motivos y todo el derecho, estos paros no son una huelga de camioneros, como nos quieren convencer algunos políticos y muchos medios. Miren las demandas y comprobarán que ni siquiera se contempla la subida salarial, que esa no interesa –qué importan casi 15 años de recortes de sueldos, de incumplimiento de los convenios y de dejar sin pagar horas extra, festivos y nocturnidad–
Dicen que si no conocemos la historia acabaremos repitiéndola. La diferencia es que ahora sabemos que no es casualidad que, desde los últimos resultados electorales en nuestro país, las industrias energéticas disparen los precios, la oposición promueva un bloqueo institucional nunca visto hasta ahora o la patronal de un sector estratégico organice paros.
La diferencia, ya digo, es que ahora ya sabemos de qué va esto