¿Cuál es la pauta migratoria de los rorcuales que se avistan en Dénia?

Dénia

Conocer sus pautas migratorias. Este es el objetivo principal que se ha marcado el proyecto ‘CaboRorcual’ para el próximo año.

Este es un proyecto llevado a cabo por el Campus de Gandía de la Universitat Politécnica de València, durante los meses de mayo, junio y julio de este año, en colaboración con el Ayuntamiento de Dénia, la Fundació Oceanogràfic y Marina El Portet.

Su objetivo ha sido estudiar la presencia del rorcual común en la costa de Dénia, por qué pasan por esta zona, quiénes son y adónde van, según explicaba el coordinador del proyecto, y profesor e investigador de la universidad valenciana, Eduardo Belda.

Y para observar el paso migratorio de los rorcuales por nuestra costa, se han llevado a cabo campañas de avistamiento tanto por tierra (desde la Torre del Gerro) como por mar. Durante el tiempo del estudio se han realizado 46 avistamientos y alrededor de 90 ejemplares.

Además se ha realizado una campaña bajo del mar, con la colocación de tres equipos para grabar los sonidos de los rorcuales machos y los delfines.

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Marcaje vía satélite

Y para conocer cuál es la pauta migratoria del rorcual,la intención de los encargados del proyecto es marcar algunas de estas ballenas para el próximo año. Sería a través de un marcaje vía satélite, explicaba Belda.

La intención es realizar un seguimiento de estas especies ya que se cree que en verano bajan para salir del Mediterráneo. Y esta pauta migratoria es la que se pretende confirmar desde el proyecto ‘CaboRorcual’. De ahí que sea una de las acciones estrella prevista para 2022.

Su máximo riesgo, el tráfico marítimo

Lo que sí se confirma en este estudio, es que esta es una de importante paso migratorio de la ballena rorcual, que se encuentra con un problema, el tráfico marítimo, que coincide en ser uno de sus mayores riesgos, aseguraba Belda, sobre todo aquellos que superan los seis nudos de velocidad. Y entre las zonas conflictivas, indicadas en el estudio, figura la bocana del puerto.

El coordinador del proyecto explicaba que hay un decreto de 2007 que no permite acercarse a manos de 60 metros de un cetáceo. Motivo por el cual, indicaba la necesidad de llevar a cabo una labor de educación y concienciación, al respecto, durante los próximos años.

Belda detallaba que existe la denominada zona de exclusión, en la que no se puede estar a menos de 60 metros del ejemplar. Una segunda es la zona de permanencia restringida, entre 60 y 300 metros. Y la tercera, es la zona de aproximación, de 300 a 500 metros. Y señalaba que ni en la de exclusión, ni en la de aproximación puede haber más de dos barcos siguiendo al ejemplar; lamentando que este verano se han encontrado hasta una docena de barcos alrededor de los rorcuales.

Si bien señalaba la atracción que causa ver a estos ejemplares (el segundo animal más grande del planeta, después de la ballena azul) tan cerca de la costa, incidía en la necesidad de educar a la gente para evitar ponerles en peligro.

Belda reconocía que “es algo único”, podría ser un “recurso muy importante, valioso”, señalaba, un tipo de turismo distintivo, apuntaba, pero subrayaba la necesidad de realizar una “observación responsable”.