Destino Ribera: Moradillo de Roa
La SER descubre la localidad ribereña en su visita por los pueblos de la comarca
Su proyecto de recuperación del barrio de bodegas se ha convertido en un símbolo del enoturismo nacional, sus sorprendentes vinos se han hecho un hueco destacado en el marcado y, para más inri, es origen de uno de los enólogos más destacados y reconocidos del país
Moradillo de Roa
La SER sigue su camino descubriendo y redescubriendo todos los rincones de la Ribera. Una Ribera que no deja de sorprender y rezumar historias maravillosas de sus gentes, pero que también tiene muchas necesidades y reivindicaciones que dar a conocer. La radio sirve para darlas voz, pero también para demostrar que la vida rural es maravillosa, y tiene futuro. Este viernes Radio Aranda y su Destino Ribera se han desplazado a Moradillo de Roa, una localidad que se ha convertido en santo y seña del enoturismo. Con la recuperación del barrio tradicional de bodegas, 'El Cotarro' se ha convertido en un peregrinaje de turistas que llegan al pueblo fundamentalmente los fines de semana. Moradillo se divide en su gente (accede aquí al reportaje de la gente de la localidad), su pasión por la música (accede aquí a la charla con Javier Adrados y al descubrimiento de Álvaro Sola) y su recuerdo (accede aquí a la charla con dos de los mayores del pueblo).
Un pueblo muy especial
Especial es Moradillo. No nos cabe duda. Sus gentes cuentan historias para recordar, sin lugar a dudas. Y el orgullo no le cabe en el pecho a su alcalde, Javier Arroyo, que nos ha especificado en qué está el Ayuntamiento, hablando apasionado de su pueblo, de cómo ha cambiado y de todos los proyectos que tienen en mente, como el que llevaban en mente desde 2016: El camino de arriba del Cotarro de las bodegas. "Estamos haciendo una obra para evitar que el agua de lluvia filtre lo menos posible", cuenta.
Javier Arroyo, alcalde de Moradillo
11:52
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El Cotarro
El símbolo por antonomasia de Moradillo son sus bodegas tradicionales. El Cotarro es un proyecto reconocido incluso a nivel europeo, lo que demuestra el gran futuro que tiene por delante. Pero sin trabajo, ni lo que se ha logrado sería posible, y lo que está por venir tampoco. Y es que son muchas las actividades que a lo largo de todo el año se realizan en la localidad con el fin de dar a conocer este patrimonio como excusa. La de este fin de semana, Halloween. Ya son varios años organizando concursos de relatos de miedo, visitas teatralizadas y tenebrosas. Las bodegas dan mucho de sí. Pero el vino del Cotarro también, y ya no hablemos de la cerveza de vendimia. Javier Arroyo lo explicaba, haciendo una merecida mención a Nacho Rincón.
"Nos hemos puesto en el mapa gracias al Cotarro, y ya no sé ni cuántos premios hemos recibido. Estamos posicionados en algo serio y bonito. Esto fue en 2015 cuando Nacho Rincón entró en el Ayuntamiento y nosotros dijimos que adelante. Todos lo queríamos pero no nos lo creíamos, pero su ilusión y la nuestra, el saber transmitir lo que queríamos ha hecho que lleguemos a este punto. Se han restaurado muchas bodegas desde que empezamos, pero gracias a los moradillanos el Cotarro estaba en buen estado. Y cuando empezamos yo aún recuerdo la jornada de limpieza, que vimos que había futuro. Todo ha salido rodado.
Pasión por el vino
Moradillo cuenta con muchas hectáreas dedicadas al viñedo. Muchas bodegas cogen uva moradillana, porque el páramo da mucho de sí. Y relacionado con Moradillo también está Xavier Ausás, uno de los enólogos más respetados y reconocidos del país, y que durante 25 años fue Director Técnico de Vega Sicilia. Cuenta que "forma parte de mi historia, y nada más terminar de estudiar empecé a trabajar allí porque daba un perfil raro, un chaval de la zona que fue en los 80 a estudiar a Francia, era desconocido, y entre ese tiempo estuve 7 años con Mariano García, pero mi primer día fue lavar cajas de vendimia".
Xavier Ausàs, reconocido enólogo, en la SER
13:00
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Ausás es padrino del Cotarro. "Es el mayor mérito y me hace mucha ilusión. No soy de esta región exactamente pero estoy adoptado y la verdad que si miro atrás desde que empecé a estudiar enología, que era como ser astronauta en los años 80, fue una pasada. La viña no era un bien tan querido como ahora, en el 72. Había gente con viña porque había vocación, pero muchas viñas se perdieron por el cultivo de remolacha que a la postre era más rentable. Hemos pasado de nada, a ser un producto de primera. Esto fija población. El Cotarro fue algo que teníamos delante y que no fuimos capaces de ponerlo en valor hasta tiempo después", dice.
Ausàs tiene su propio proyecto. "Es en Quintanilla de Onésimo. La criatura va bien, pero como tengo una labor de consultoría porque trabajo para otras bodegas en España y Francia, este proyecto va poco a poco, y en un primer momento me gustaría que fuera reconocido como un gran vino. La primera fase de mi proyecto es crear una base sólida y que sea reconocido como uno de los grandes", sentencia.