Debate insulso y trivial
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Comentario Alberto Menéndez 28.10.21
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Asturias
El debate sobre el estado de la comunidad autónoma de esta semana ha servido para ratificar una vez más la escasa capacidad que tienen los actuales diputados asturianos de ilusionar y sorprender a sus conciudadanos. Fue una larga sesión, insulsa y trivial, aunque también es cierto que salvo raras excepciones esa sosería ha sido la tónica dominante de estos debates de orientación política a lo largo de los años. Por dos razones, primero porque quien gobierna lo que busca es pasar lo más cómodamente posible el examen, sin arriesgar; y segundo, porque sólo es posible una disputa dialéctica atractiva, viva, apasionante, si la oposición cuenta con oradores capaces de despertar interés con argumentaciones sólidas, o al menos trabajadas al margen del manual del partido.
Todo lo sucedido en la Junta General del Principado estos últimos días fue lo previsible. Todo, incluso lo relativo a la discusión sobre la cooficialidad del asturiano. Nada de prisas, declaró no hace demasiado tiempo el presidente del Principado, Adrián Barbón, sobre tan espinoso asunto, y tras lo visto y oído en el Parlamento en el debate anual de orientación política así parece que va a ser. Es muy improbable que la Llingua pueda llegar a ser oficial en la actual legislatura autonómica.
Lo dejó meridianamente claro el diputado de Foro Adrián Pumares, cuyo voto es indispensable para sacar adelante la cooficialidad: en el partido fundado por Álvarez-Cascos (ahora expulsado de la organización) no hay una postura unánime sobre el asturiano. No piensa igual él (o José Suárez Arias Cachero, o Ignaciu Iglesias) que la presidenta forista, Carmen Moriyón. De ahí las exigencias de este partido, como el vincular la negociación presupuestaria y la política fiscal con la reforma del Estatuto que llevaría a la cooficialidad de la Llingua y de la fala. Últimamente daba la sensación de que Barbón quería enfriar este debate y parece que, aunque sea indirectamente, lo ha conseguido.